La reciente compra de Lucasfilm por parte de Disney fue la gran noticia del sector audiovisual durante la semana pasada, aparejada al anuncio de que se preparará una nueva trilogía de Star Wars para 2015. Otra de las interrogantes que se abrió a ese respecto apuntaba a los derechos de explotación de otra de las sagas de la empresa fundada por George Lucas. Hablamos de la serie de Indiana Jones, que está actualmente en manos del estudio Paramount. Ante esto, y con vistas a clarificar cuáles son los dominios de cada gran productora en el horizonte de franquicias y sagas cinematográficas, desde la revista Empire Magazine han desarrollado una gráfica que sirve para advertir en un vistazo qué tal queda el reparto.
No cabe duda de que tras la adquisición de Lucasfilm, Disney amasa una importante colección de series, a cuál más lucrativa en venta de películas o de artículos satélite relacionados con cada una de ellas. No obstante, no cabe duda de que Star Wars será una importante fuente de ingresos, habida cuenta de las licencias de explotación de videojuegos, juguetes y demás merchandising. Y eso que sus compañeros de estudio no son menos potentes al respecto: Disney tiene bajo su dominio las licencias de Marvel, dentro de las cuales se inscribirán un buen puñado de películas y series de televisión durante los próximos años, ya sea priorizando en cada superhéroe o a través de las historias corales de Los Vengadores. Y no sólo eso: las películas de Pixar, así como las de los Piratas del Caribe también están en posesión de Disney.
Dándose por hecho que Disney tendrá al mando de su báculo la franquicia de La guerra de las galaxias, sería la Fox la que perdería la mano en esta partida. La duda es si seguiría beneficiándose de la distribución de las películas o si la saga galáctica pasaría a los dominios de Buena Vista, la firma subsidiaria dedicada a tal efecto. Por cierto, que ya que hablamos de 20th Century Fox, ésta también cuenta con una saga de superhéroes que entra en conflicto con Disney, habida cuenta de que procede del universo Marvel, aunque está fuera de los dominios de la compañía que se creó para el desarrollo de películas basadas en personajes de la conocida editorial. Hablamos de la serie X-Men, basada no sólo en las películas corales, sino también en las entregas en la que determinados mutantes se independizan con sus propios films. Tal es el caso de las dos entregas de Lobezno, una de las cuales se encuentra en estos momentos en filmación en Japón. Los 4 Fantásticos sería un caso similar inscrito en este estudio, aunque a menor escala en importancia que en el caso de X-Men.
Con la pérdida de Star Wars, Fox se deshace, en distribución, una relevante franquicia de ciencia-ficción, aunque se queda con otras no menos importantes en términos de popularidad e ingresos: las sagas de Alien, El planeta de los simios o Avatar. Esta última todavía no puede considerarse saga, aunque los grandes resultados en taquilla que registró durante su exhibición fueron el respaldo que James Cameron necesitaba para anunciar que habría una franquicia en torno a este universo que, además, supuso todo un hito tecnológico por haber sido Avatar la primera película filmada y proyectada según el nuevo sistema de tres dimensiones que ha dado como resultado toda una nueva generación basada en la estereoscopia.
Como decimos, Paramount sería el estudio clave para saber qué tal se lo montaría Disney en la adquisición de otra de las grandes franquicias de la historia del cine: Indiana Jones. Por el momento no se ha confirmado que vaya a haber una nueva entrega de las aventuras del intrépido ””y ya talludito”” arqueólogo, aunque hay muchos rumores que apuestan en favor de la posibilidad de que en pocos años veamos otra película basada en el personaje creado por Lucas, Steven Spielberg y Lawrence Kasdan. En cualquier caso, la posible pérdida de la saga de Indy, aunque dolorosa, no supondría un daño especialmente potente, habida cuenta del resto de exitosas licencias que tiene en su poder Paramount, a saber: Star Trek, Transformers, Misión Imposible o, en menor aunque no menos mitómana medida, la serie dedicada al espía de los mil rostros ””o al menos, tres rostros””, Jack Ryan.
La cartera de sagas en posesión de Paramount, Disney o Fox es importante, desde luego, pero no menos destacables que las de otros estudios. Si no, echemos un vistazo a Sony. La multinacional nipona amasó un buen puñado de pelis de postín cuando hace ya varios años se hizo con el control de Columbia Pictures, y a las series que se inscribían por entonces en aquella empresa ””caso importante es el de Cazafantasmas, una saga compuesta por dos películas, un par de series de animación y videojuegos, contando además con una posible nueva entrega cinematográfica en camino””, se suman exitosas licencias, como Spider-Man, Resident Evil o Men in Black. Y ya que estos días tenemos en cine Skyfall, no olvidemos que Sony posee los derechos de las películas de James Bond, que ya es de hecho todo un escaparate de productos ligados a la firma ””el último Sony Xperia T es el móvil oficial del agente británico, mientras que en anteriores entregas usaba teléfonos Sony Ericsson, aunque en alguna de sus aventuras se le ha visto recurriendo a Nokia.
Warner tampoco se queda atrás en esto de presumir de sagas. Más allá de las licencias vinculadas al universo del cartoon, en lo puramente cinematográfico este estudio ha sabido hacerse con el control de dos importantes licencias: por un lado, una vez que esta empresa se hizo con New Line, se apoderó de la serie de El Señor de los Anillos, que este año se verá ampliada con el inicio de una nueva trilogía, dedicada a la novela El Hobbit ””la cual ha sido filmada con un novedoso sistema que duplica la tasa de captura de imagen de 24 a 48 fotogramas por segundo, con lo cual el visionado en tres dimensiones gana en fluidez y nitidez, aunque esta técnica no ha estado exenta de polémica por sus resultados””; por otro, y buscando la contienda abierta con Disney y su saga de Los Vengadores, Warner tendrá su propio dream team de superhéroes con La Liga de la Justicia, entre quienes están Batman o Superman y sus respectivas aventuras en el cine. Y no sólo eso: Warner también cuenta entre sus sagas con las películas de Harry Potter, así como las producciones de Joe Silver, como Matrix o Arma Letal.
Quizás Universal es la que menos competitiva podría resultar en comparación con el resto de grandes estudios. Aunque cuenta con algunas referencias interesantes ””como la recién ampliada serie dedicada al universo del espía anmésico Jason Bourne””, la realidad es que las sagas de esta compañía están más fragmentadas o directamente se han detenido. Los intentos por revitalizar su colección de monstruos fue un fracaso ””aún resuenan los aullidos de la crítica al respecto del Hombre Lobo de Benicio del Toro, mientras que las entregas ligadas al personaje de la momia acabaron cayendo en el olvido”” y no parece que haya mucho interés en rescatar las películas de Jurassic Park ””aunque llegaron a hacerse una serie de bocetos en fase de preproducción, que arrojaban una posible trama en la que la ingeniería genética llegaba a emplearse en la muy disparatada empresa de cruzar a dinosaurios y humanos, muy en la línea de La isla del doctor Moreau.
Tal es el escaso fuelle de Universal en materia de sagas que una relativamente nueva compañía como Lionsgate ha sabido superar en este sentido al mítico estudio californiano. Bajo su poder está la truculenta serie Saw, y dispone de los derechos cinematográficos de Los Juegos del Hambre, así como de Los Mercenarios, que contará en una tercera entrega con la presencia y dirección de Clint Eastwood, según se supo hace semanas. Durante el pasado verano Lionsgate cerró la operación de compra de Summit Entertainment, con lo que a su catálogo de franquicias millonarias se suma la de los vampiros que brillan como muñecos gusiluz al sol: la saga Crepúsculo.
