La nueva ley acaba de entrar en vigor en Reino Unido en abril, y obliga a todos los operadores de telecomunicaciones a rebajar la velocidad prometida en los anuncios publicitarios un 33 por ciento. Y no hace más que responder a las innumerables quejas de los usuarios que están acostumbrados a contratar un acceso de 20 “megas” y recibir menos de 14 mbps (megabits por segundo), o pagar por uno de 10 mbps y conectarse a sólo 7 mbps. Telefónica es una de las compañías afectadas, porque en Gran Bretaña opera bajo la marca O2, y es uno de los operadores que ha tenido que ajustar sus ofertas a esta nueva medida. De hecho, ha reducido la velocidad de su oferta estrella, que antes era “20 megas” a un más discreto «hasta 16 megas».
Los consumidores esperaban que la publicidad recogiera la velocidad media que disfrutan la mayoría de los usuarios, mientras que la ley aprobada establece que los proveedores de acceso a Internet podrán publicitar determinadas velocidades siempre y cuando al menos el 10 por ciento de sus clientes puedan alcanzarlas. Y los demás, que se fastidien. Así, lo que parecía un triunfo para la defensa de los consumidores ha acabado en una mordaza con la que espera acallar temporalmente las protestas de los internautas. Resulta significativo que los operadores se vean obligados a publicitar un tercio menos del ancho de banda que antes. Eso significa que ni siquiera el 10 por ciento de los clientes alcanza la velocidad prometida.
Los internautas españoles nada tenemos que envidiar a los británicos. Aquí abundan las ofertas de banda ancha del tipo «hasta X megas”, lo cual es una manifiesta injusticia, porque paga lo mismo el que recibe 10 megas que el que sólo recibe 5 megas. Es un absurdo que raya en la estafa, porque es el equivalente a que cobren lo mismo al que compra un kilo de filetes que al que sólo compra medio kilo, alegando que al cortarlos se pierde algo de carne. El pretexto que los proveedores de acceso a Internet suelen dar es que la línea telefónica del cliente no permite ofrecer más. Es un verdadero disparate, porque implica penalizar al cliente porque la infraestructura está en condiciones deficientes.
Todavía es muy frecuente que el usuario reciba respuestas en el servicio de atención al cliente como que “la ley sólo nos exige garantizar el 10 por ciento de lo que usted ha contratado». Vaya, 100 gramos de mortadela cuando estás pagando un kilo de jamón ibérico. Quienes tienen contratado el acceso a Internet con operadores alternativos, poco pueden hacer, pero los clientes de Movistar pueden embarcarse en un calvario de quejas para que les cambien el cableado por otro nuevo hasta que consigan mejorar su velocidad. Otra opción es cambiar a la oferta inmediatamente inferior. Si contratas 10 mbps y recibes 5 mbps, siempre puedes pasarte a la oferta de 6 mbps y ahorrar dinero. Es recomendable dedicar un par de minutos a la semana a comprobar tu velocidad de acceso a Internet con al menos dos o tres servicios distintos, para averiguar cuánto estás pagando de más.
Yo gracias a dios me quito de todos estos problemas, por 18 euros tengo 6mb reales, incluso siempre llega algo más.
He tenido contratados un montón de ISP’s a lo largo de los años, y siempre me daban entre el 10% y el 50% de lo contratado, hasta que me pasé a ONO, y con la fibra óptica no solo me llega el 100% de lo contratado si no que siempre me llegan un par de MB más. Tengo contratados 65MB y me llegan 67MB siempre.
Jajajja no hagas publicidad.. la ono no te paga pa k hagas eso… k triste… jajajaj
U.K. C H O R I Z O S
Con este tipo de leyes entrando en vigencia, no se hace evidente nada más la falta de infraestructura de los proveedores para un servicio de calidad. Ahora aparte de que su velocidad queda reducida en un porcentaje considerable afectando la agilidad en sus actividades y demás, las horas pico y la congestión en determinados momentos será todo un caos. En lugar de ignorar y acallar las quejas de los usuarios, sería más productivo si en su lugar, el gobierno estudiara una manera de atraer la inversión al sector, mínimamente estudiando los factores y aspectos comerciales, tecnológicos y económicos que la harían rentable o no. Tanto empresas como usuarios que utilizan la red como recurso principal en sus negocios, educación, etc., pueden verse afectadas en mayor medida logrando incluso despertar más la inconformidad de los consumidores.