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Las redes publicitarias como DoubleClick de Google sirven anuncios en lí­nea a los internautas. Para que la publicidad esté personalizada y poder rastrear los comportamientos del usuario en la web, emplean diversas herramientas como las cookies. Las cookies se almacenan en el ordenador o en el smartphone, durante un periodo más o menos largo de tiempo.

La inmensa mayorí­a de los navegadores web y móviles suelen venir configurados por defecto para aceptar las cookies. No es el caso de Safari, el navegador de Apple en sus versiones para ordenadores Mac o para el iPhone. La configuración de privacidad predeterminada de Safari impide que las cookies de terceros se guarden en el equipo. Esas cookies de terceros (a diferencia de las origen) pertenecen a compañí­as distintas a la que mantiene el sitio web, como las redes publicitarias.

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La cuestión es que Google y otras redes publicitarias como Vibrant, WPP PLC y Gannett aprovechan una conocida triquiñuela para engañar al navegador Safari y sortear la configuración de privacidad que bloquea las cookies de terceros, según informa el diario The Wall Street Journal. El artí­culo que publica el WSJ está basado en los resultados de un investigador de la Universidad de Stanford, que han sido confirmados por un asesor técnico del periódico.

El código de rastreo ha sido encontrado en los anuncios servidos en los sitios más visitados, como YouTube, eHow, AOL, About.com, Wikia, Yellowpages, Photobucket, Match.com, Fandango o Inbox, entre otros. El funcionamiento es el siguiente. Un anuncio de DoubleClick, u otra red publicitaria, enví­a automáticamente un formulario invisible al navegador Safari para simular que el usuario está interactuando con el anuncio. De esa forma, Safari permite que DoubleClick instale una cookie temporal en el ordenador o el smartphone del usuario. La cookie expira en 12 ó 24 horas y registra las actividades de navegación del internauta por la red. Además, la técnica se aprovecha de que el navegador Safari da facilidades para instalar más cookies a aquellas compañí­as que ya tienen guardada una cookie en el equipo del usuario.

Nada más aparecer la información publicada en la portada del WSJ, Google ha dejado de emplear esa argucia. Además, en una declaración oficial, la compañí­a la explicado que “usaron una función conocida de Safari para proporcionar prestaciones que los usuarios que entraban en servicios de Google habí­an activado. Es importante destacar que esas cookies publicitarias no recopilan información personal”.

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