Es cierto que hay otros fabricantes de televisores de plasma en el mercado, pero como la serie VT-30 de Panasonic no hay otra. Tiene lo mejor de las pantallas de plasma, pero ninguno de sus inconvenientes. Por ejemplo, ofrecen imágenes brillantes y coloridas en lugar de ese cierto aire mortecino que hay en otros plasmas de la competencia. Es el televisor está disponible con diagonales de 65, 55, 50 y 42 pulgadas. En todos los casos, con unas prestaciones hasta ahora nunca vistas, gracias al panel NeoPlasma G14, donde el 14 indica la generación. Tiene resolución Full HD y contraste Infinite Black Pro que llega en dinámico hasta los 5.000.000:1. También se agradece la cobertura antirreflejos. Por cierto, que estos televisores ha obtenido la certificación THX que garantiza experiencias cinematográficas únicas.
Los colores tienen buena profundidad, incluso cuando se trabaja con imágenes en tres dimensiones. No tiene ninguno de esos problemas de ángulo de visión presentes en muchos televisores con tecnología LCD. Con el plasma se ve bien tanto en vertical como en horizontal desde cualquier sitio. Los movimientos son rápidos y fluidos, y en ello interviene la tecnología inteligente de creación de campo de 600 Hz, que acelera y suaviza los movimientos sin introducir artefactos digitales. Claro que esta pantalla es capaz de descargar las celdas, esto es, los píxeles, en una millonésima de segundo. Ahí es nada. Es una pantalla perfecta para ver la televisión, para disfrutar con imágenes en alta definición y en tres dimensiones, para ver partidos, para películas de acción, y también para videojuegos de todo tipo. No es de extrañar que en tuexperto.com hayamos llegado a la conclusión de que es el equipo más adecuado para llevarse el Premio al Televisor de Plasma del Año.
Albert Sanz, director de marketing y comunicación de Panasonic (centro), recoge el premio de manos de Lara Galván, responsable de marketing (izquierda) y David Readman, director de Tuexperto.
Los de Panasonic también están trabajando sobre diseños cada vez más delgados, y saben que muchos usuarios van a colgar este plasma en la pared. Por eso han colocado los conectores apuntando hacia arriba, hacia abajo o hacia los laterales, para que se pueda colgar de la pared sin que sufran los cables. El televisor tiene el capítulo de conectividad bien surtido. Hay cuatro HDMI, 3 USB, entrada de vídeo por componentes, entrada de audio, una para señal de ordenador, salida de audio tanto digital como analógico, auriculares, y conexión de red local, aunque uno de los puertos USB se puede utilizar para un adaptador Wi-Fi que facilitaría mucho la tarea de conectarse Internet o extraer contenidos desde cualquiera de los ordenadores o discos conectados a la red LAN.
También es posible utilizar uno de los puertos USB para grabar películas desde la televisión en alta calidad y alta definición en llaves de memoria pero también en discos externos. En la parte trasera hay diversos ventiladores para refrigerar el equipo, pero lo cierto es que con el sonido volumen bajo no se oyen. Como si esto no fuera suficiente, esta pantalla es capaz de acceder a diversos contenidos en Internet de forma sencilla. El sonido es otro de sus puntos fuertes. Aquí la casa ha decidido echar el resto. Ha colocado dos altavoces de medios y agudos de 6 W cada uno, y uno adicional de 10 W dedicado exclusivamente a los graves. Tiene los modos de sonido habituales para resaltar la música, la voz, o hacer ajustes personales, y lógicamente incluye un envolvente de diseño propio llamado V-Audio ProSurround 2.1, que complementa perfectamente su compatibilidad con Dolby Digital Plus, Dolby Pulse, DTS 2.0, y DTS Digital. Los precios están en función de la diagonal. Elmodelo de 42 pulgadas cuesta 1700 euros, el de 50 sale por 2300 euros, el de 55 alcanza los 2800 euros, y el hermano mayor de la gama, con sus 65 pulgadas de diagonal, se planta en los 4000 euros.
