Steve Jobs, una vida dedicada a Apple 1

Steve Jobs nací­a el 24 de febrero de 1955, en San Francisco (California). Sus padres biológicos, dos estudiantes universitarios, decidieron darlo en adopción. Ya con su familia adoptiva y unos años más tarde, se mudaron a Mountain View, ciudad que se estaba convirtiendo en un importante centro de la industria tecnológica. Desde joven, Jobs mostró gran interés por la electrónica y acudí­a asiduamente a conferencias de la empresa Hewlett-Packard, compañí­a que finalmente acabarí­a ofreciéndole un contrato en prácticas. Fue en estos años cuando conoció a Steve Wozniak, junto con el que tiempo después fundarí­a Apple.

Su estancia en la universidad fue, cuanto menos, fugaz. Únicamente cursó seis meses debido al elevado coste de los estudios. Pero no decidió marcharse y siguió acudiendo a las clases como oyente, sólo que está vez eligió las asignaturas que más curiosidad le despertaban como caligrafí­a, donde adquirió unos conocimientos que rescatarí­a años más tarde en la creación del sistema operativo de Apple.

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Hablemos de los inicios de Apple. Todo surgió con la idea de construir el primer ordenador personal. Jobs y Wozniak presentaron la iniciativa a Hewlett-Packard que la desechó por considerarla ridí­cula ¿quién iba a querer tener un ordenador en casa? Años más tarde aparecí­a el primer ordenador personal, el Apple I. En tan sólo diez años, Apple creció de forma imparable, convirtiendo a Jobs en el millonario más jóven en 1982. El segundo modelo, apodado Lisa (el nombre de su hermana biológica) no tuvo el éxito que se esperaba. Jobs acudió a John Sculley (director ejecutivo de Pepsi) para que tomase el control de la compañí­a. En 1984 aparecí­a el primer computador Apple Macintosh. Sin embargo, Apple no alcanzó los beneficios esperados. Esto, junto con las diferencias entre Jobs y Sculley, desembocó en el despido del fundador de Apple en 1985.

Durante los años fuera de Apple, Jobs no dejó de trabajar y -fruto de una división de LucasArts– fundó Pixar, actualmente unas de las compañí­as más importantes de animación 3D. Steve Jobs continuó siendo un pionero y con su nueva empresa creó la que fue la primera pelí­cula de animación en tres dimensiones, hablamos por supuesto de Toy Story. En esta época también creó la empresa NexT Computer, dedicada al desarrollo de ordenadores. Más tarde la compañí­a se centró en la producción de un sistema operativo pasando a llamarse NexT Software.

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Por aquel entonces, Apple se encontraba en declive y adquirió NexT, provocando el regreso de Steve Jobs a la junta directiva. Con Steve Jobs de vuelta, el ascenso de Apple fue de nuevo imparable, alcanzando el punto en el que se encuentra hoy en dí­a. Gracias a la excelente labor de Jobs conocemos dispositivos como el iPod o el iPhone. Y la empresa ha dejado de conocerse como una marca de ordenadores. La visionaria forma de entender los negocios de Jobs sacó a Apple del agujero en el que se encontraba, convirtiendo a la compañí­a de la manzana en una de las empresas más valoradas, y que hoy en dí­a tiene más ingresos que el propio Gobierno de Estados Unidos.

En 2004 Jobs fue diagnosticado de cáncer de páncreas, abandonando termporalmente las riendas de la compañí­a. Su ideologí­a de visionario y pionero convirtió en éxito todo lo que se propuso. Ya recuperado, en 2005 fue el encargado de realizar el discurso de apertura del curso en la Universidad de Stanford. El ví­deo de la conferencia se ha convertido en un referente de obligado visionado.

http://www.youtube.com/watch?v=6zlHAiddNUY

Superó con éxito la enfermedad y siguió innovando para Apple con productos revolucionarios como el iPhone, el MacBook Air o el iPad. Pero en 2009, el cáncer volvió y Jobs tuvo que recibir un trasplante de hí­gado. Recuperado de nuevo, volvió al trabajo pero no por mucho tiempo. En agosto de 2011, tras algunas bajas por enfermedad, anunciaba su renuncia definitiva como director ejecutivo de Apple, relegando su cargo a Tim Cook.

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Con tan sólo 56 años, Steve Jobs fallece el cinco de octubre en su residencia de Los íngeles a causa del cáncer que llevaba tantos años combatiendo. El legado que deja atrás es de un valor incuestionable. Su forma de ver los negocios, su afán por innovar constantemente y su carisma le han convertido en un referente inamovible. Vamos a echar mucho de menos al que, sin duda alguna, ha sido, és y será la personalidad más  influyente del mundo de la tecnologí­a. Grande Jobs.

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