Durante estos meses que siguen se hablará muy a menudo de Google Chrome. Y es que el navegador de Google está a un solo paso de superar a uno de sus principales rivales, Mozilla Firefox. A principios de mes logró situarse a tan solo tres puntos del navegador de Mozilla, y todo hace indicar que en uno o dos meses se coloque por delante. Además, Chrome ha conseguido sobrepasar por primera vez la barrera del 25% de cuota de mercado, o lo que es lo mismo, uno de cada cuatro ordenadores conectados utiliza ya Google Chrome para bucear en la red.
Chrome consiguió superar esta cifra (un 25,02%) de manera puntual el domingo (las estadísticas de StatsCounter, uno de los sitios de medición más importantes, marcan generalmente la media entre todos los días de un mismo mes). Según las previsiones, a finales de mes su media se colocaría alrededor del 24,3%. Unos números que impresionan, ya que en un par de meses se convertiría, de seguir este ascenso imparable, en el segundo navegador del mercado.
Preocupante es la situación de Mozilla Firefox. Desde hace muchos meses el navegador está de capa caída. Ni el lanzamiento de Firefox 4, que logró un excepcional ritmo de descargas en las primeras semanas, ni la nueva política de Mozilla de lanzar actualizaciones al ritmo que impone Chrome, han conseguido cambiar esta tendencia. De hecho, la caída de Firefox ha sido mayor desde que comenzó con esta «original» estrategia.
Seguramente copiar la forma de actuar de Google no haya sido la mejor de las decisiones para un navegador que ha perdido progresivamente muchas señas de identidad, y que estaría pensando en acercar todavía más su diseño al de Chrome. Así las cosas, la adopción de las nuevas versiones de Firefox ha sido de poco menos de la mitad por parte de los propios usuarios del navegador. Algo parecido a lo que ocurre con Internet Explorer. La versión 8 de su navegador sigue siendo la más utilizada, tres veces más que el flamante Internet Explorer 9, un programa que llegó con la vítola de ser revolucionario, pero que no ha sabido enganchar a los usuarios.
Seduce igual que unos implantes de silicona.
Quien prefiere productos de la G, seguro le gusta lo mas cómodo, pero no lo más ético. G es un imperio en internet y como todos los imperios a penas tengan que aplastar a alguien lo harán, no importa quien muera en el camino.
Diga NO al imperio Google, en la medida que pueda.
Google nunca mueras