La Ixus 1100 HS de Canon cabe perfectamente en la palma de la mano, aunque, como resulta un poco gruesa, entra con algo de dificultad en los bolsillos más pequeños. De todas formas, esta cámara compacta es una pequeña pieza de ingeniería con un objetivo gran angular 28-336 mm de 12 aumentos, que respalda a un sensor de imagen CMOS retroiluminado con una capacidad de 12 Mpx. De procesar posteriormente las imágenes se encarga el conocido procesador de imagen DIGIC 4.
En la parte superior de la cámara hay un botón deslizante, que permite moverse entre el modo de disparo automático y todos los demás. Cuando está activado, el usuario ya no tiene que preocuparse de andar seleccionando los parámetros de imagen. Es la cámara la que se encarga de elegir los más adecuados para cada situación.
Lógicamente, se nota que es una cámara para aficionados, que no quieren buscarse complicaciones. Se ve en detalles tales como la apertura máxima de F/3.4, que para algunos puede quedarse un poco corta. Las imágenes se componen en la pantalla táctil situada en la trasera. Tiene 3.2 pulgadas. Al lado derecho de la pantalla, hay un solo botón, que sirve para reproducir los archivos de vídeo grabados en Full HD. Además tiene un buen número de filtros y de efectos.
Resalta sobre todo el disparador de sonrisa, aunque también hay un modo especial para simular miniaturas. La construcción es muy sólida. El diseño es agradable, y las líneas suavemente redondeadas ayudan durante el disparo. Los menús son muy sencillos, y la pantalla táctil responde de forma rápida y fiel a las órdenes del usuario. Las fotografías son suficientemente buenas, con colores brillantes, y cuando se utiliza el modo automático, están bien expuestas y enfocadas. Va a salir al mercado por algo más de 350 euros.
