Barcelona ya puede cantar victoria. La Ciudad Condal seguirá siendo la sede oficial del evento de telefonía móvil más importante que se celebra en el mundo de forma anual. En efecto, nos referimos al Mobile World Congress, el congreso de telefonía móvil que acoge centenares de firmas estrictamente relacionadas con la telefonía móvil o con los componentes electrónicos de los terminales que llegan al mercado. El GSMA ha revelado esta misma tarde que Barcelona seguirá siendo la sede de las próximas ediciones del Mobile World Congress hasta el próximo año 2018, que no es poco. Milán, Munich y París quedan descartadas para otra ocasión.
Lo cierto es que la elección no ha sido nada fácil: ha durado más de 18 meses. En este caso, Barcelona luchaba por consolidarse como capital mundial de la telefonía móvil, con la posibilidad de ubicar un centro de investigación para el GSMA, además de ofrecer programas de formación y actividades relacionadas con el sector, que tendrán lugar durante todo el año y que beneficiarán con creces a los ciudadanos de Barcelona, de Cataluña y de España en general. De hecho, la noticia nos viene fenomenal en tiempos de crisis, puesto que durante el congreso la capital catalana se convierte en un auténtico hervidero, repleto de profesionales que ocupan hoteles, restaurantes y servicios de la ciudad.
Hace cuatro años, Barcelona ganó por goleada a la ciudad de Cannes, que por cierto se había quedado pequeña para alojar un evento de tamañas características. De esta manera, Barcelona ha logrado adaptarse a las necesidades de las empresas y los congresistas, de manera que el GSMA ha considerado oportuno seguir ubicando el Mobile World Congress en esta ciudad hasta el próximo año 2018. En el último año, más de 60.000 profesionales acudieron al evento, lo que originó la friolera de 220 millones de euros al año, y lo que es más importante, unos 5.000 puestos de trabajo (aunque fueran temporales). La ubicación del Mobile World Congress en Barcelona seguirá generando enormes ganancias a la ciudad catalana, lo que nos vendrá de perlas en estos tiempos de vacas flacas. Felicidades, Barcelona!
