Cada vez son más los países democráticos que utilizan el pretexto de la seguridad interior para limitar los derechos de sus ciudadanos en Internet. Quien ahora pretende poner cortapisas es la policía danesa, que acaba de elevar a su gobierno una petición recomendando que se prohíba el uso de seudónimos y anónimos en Internet.
El pretexto, es que es necesario tener identificado a cada internauta para poder combatir el terrorismo en línea. Están preparando una iniciativa que esperan acabe en el Parlamento del país, según la cual, cualquier ciudadano que quiera tener acceso a Internet se verá obligado a presentar el documento de identidad. Esto permitirá a las compañías tener un registro que estará en todo momento a disposición de las autoridades.
Una medida como ésta puede prestarse a todo tipo de abusos, y desde luego es una violación a la libertad de expresión y del necesario secreto de las comunicaciones. Se extenderá no sólo a quienes se conectan desde casa. Quienes pretendan hacerlo desde una biblioteca, una instalación publica o un cibercafé, también tendrán que identificarse mediante un código digital propio e intransferible.
Para cualquier gobierno es un chollo. Será muy sencillo tener localizados a los ciudadanos disidentes, a los que no están de acuerdo con la política del gobierno, a los que critican sus decisiones, e incluso podría llegar al ser una herramienta fundamental a la hora de ejercer la censura. Es el equivalente a que todos los ciudadanos que están en el bar, criticando al gobierno, se vean obligados a llevar una camiseta donde figure con grandes letras su nombre y el número de su documento de identidad. Lo lógico es que los ciudadanos se identifiquen solo a requerimiento de las autoridades, y no ir con el carnet en la boca por obligación.