El bloqueo de los smartphones suele realizarse mediante un código de cuatro dígitos. Aunque el iPhone ofrece la posibilidad de seleccionar una contraseña compleja, que puede estar formada no sólo por números, sino también por letras minúsculas y mayúsculas e incluso por caracteres especiales, lo cierto es que la inmensa mayoría de los usuarios, por comodidad, recurren al código simple.
El problema es que los seres humanos somos muy previsibles, y acabamos empleando prácticamente las mismas combinaciones de números. Eso representa un gran peligro para nuestra seguridad, porque aumenta las probabilidades de éxito de los intrusos que quieren robarnos, curiosear en nuestra vida privada o sencillamente gastarnos una broma.
Leer todo sobre las 10 contraseñas que nunca deberías utilizar en tu iPhone