La EXGAE cambia de nombre. Y lo hace, según explica esta organización en una nota emitida a los medios, por no poder soportar las costosas acciones legales que implicaría rebatir la exigencia que la Sociedad General de Autores, SGAE, remitió el pasado mes de agosto a través de un Burofax en el que pedía el cambio de nombre de la asociación crítica que ahora pasa a llamarse sencillamente La EX.
De este modo, La EX abandona las tensiones judicionales que le unían a la entidad que gobierna Teddy Bautista; tensiones que comenzaron cuando la primera sociedad de autores de este país exigió formalmente el cierre del sitio exgae.net, aludiendo a un conflico de marcas y a las referencias denigratorias que desde la web alternativa se hacia de la SGAE.
Desde La EX anuncian que para el próximo mes de abril, a más tardar, está planteada una mesa de debate entre esta organización y la SGAE, en la cual se piensan acercar posturas y enfriar un clima de discordia que ya lleva varios meses en plena candencia.
La organización alternativa, que agrupa a autores vinculados con los movimientos que defienden la difusión de licencias libres de sus creaciones, quiere aprovechar la reunión para hacer ver a la SGAE que sus métodos de gestión de derechos caen en errores que debe solucionar.
Según apuntó la portavoz de La EX, Simona Levy, «la SGAE cobra derechos que no les corresponden«, y eso es así porque los miembros de organizaciones alternativas o la propia La EX tienen que «demostrar el uso de licencias libres y no lo contrario«.
En cualquier caso, con la derrota de La EX en el pulso legal que le impuso la SGAE se confirma una vez más la estrategia que la polémica sociedad gestora desarrolla como parte de las acciones con las que asfixia a organizaciones críticas y usuarios (ya sean afectados o activistas).
Qué assssco me dan los izquierdosos estos que van de intelectualoides-gafa-pastis-revolucionarios y son lo más parecido al Sherriff de Sheerwood …
¿Y si les ayudamos a darse cuenta que el negocio les va muy bien tal y como está?
Si los consumidores, que somos los que ponemos el dinero, nos unieramos y durante una semana, un fin de semana o un día no fuesemos al cine o no comprasemos música, tal vez vieran que realmente, tal y como está la industria, les va bastante bien.