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Más de 800.000 hogares estadounidenses han cambiado la televisión por cable o por satélite para pasarse a  los contenidos ví­a Internet en los dos últimos años. La cifra, que aún supone tan sólo un pequeño porcentaje del total de hogares, es significativa. Sobre todo si tenemos en cuenta que, según la consultora Convergence Consulting Group que ha realizado el estudio, para finales del próximo año esta cifra de “teleinternautas” se habrá doblado, llegando a los 1.600.000 usuarios.

En Estados Unidos hay cerca de 101 millones de suscriptores a servicios de televisión por cable o satélite. De ellos tan sólo el 3% han abandonado la tele de pago para pasarse a Internet. Sin embargo, otro 17% de este total de suscriptores ya ven al menos dos capí­tulos de sus series de TV favoritas a través de servicios de televisión online como Hulu o Netflix. El año pasado este porcentaje de teleinternautas ocasionales era del 12% y se prevé que el año que viene la tendencia siga al alza hasta llegar a un 21%.

Las razones para este salto a lo digital son variadas. Según el estudio, la mayor parte de suscriptores a servicios de televisión por cable o satélite acaban cansándose de pagar por 800 canales cuando en realidad sólo ven 20 ó 30. Por otra parte, la oferta televisiva actual estadounidense (no hablemos ya de la española, que clama al cielo) no es precisamente un dechado de calidad. En este sentido, Internet ofrece la posibilidad de elegir con precisión qué queremos ver y qué no.

Otro de los factores que inciden en esta tendencia es que es mucho más sencillo acceder, de forma ubicua, a contenidos televisivos desde el ordenador que desde el televisor. Los portátiles, cada vez más abundantes, permiten ver un programa desde cualquier parte sin tener que apoltronarnos en el sofá.

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Otro dato destacable del estudio de Convergence consulting Group es que, contrariamente a lo que pudiera pensarse, el modelo de televisión por Internet más utilizado en Estados Unidos es el de contenidos gratis a cambio de publicidad (el mismo modelo que el que tiene, por ejemplo, Spotify). Sistemas de pago como Apple TV crecen a un ritmo mucho menor. En 2008, las descargas de programas de TV en AppleTV alcanzaron los 90 millones de programas. En 2009 sólo subieron hasta 100 millones, lo que supone un beneficio aún moderado de 200 millones de dólares. Los beneficios generados por los anuncios de TV online sólo alcanzaron 1.560 millones de dólares. Nada comparado con los 62.000 millones de dólares que consigue la publicidad en televisión tradicional.

A la luz de estas cifras, la fuga de los espectadores a Internet es una mala noticia para los grandes grupos que operan los canales de televisión. Por estas tierras, los servicio de TV online aún brillan por su ausencia, y para lo que echan, casi es mejor que no los cuelguen en Internet.

Ví­a: TechCrunch

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