Existe el llamado síndrome del político y la foto. Parece que tiene algo de paranormal, aunque realmente más bien se trata de un fenómeno para-anormal. Uno de los últimos casos del citado síndrome se produjo en el colegio Eugenio López y López, en la balear Palma de Mallorca. Allí, como en cientos de obras, reformas y promociones, conforme fue acercándose el político de turno (figura abstracta, personalizada en este caso por la ex consejera de Educación autonómica, Bí rbara Galmés, y el propio presidente del Gobierno del archipiélago, Francesc Antich) fue apareciendo el ectoplasma que serviría para la foto: un grupo de ordenadores instalados en un aula del centro docente.
Veni, vidi, vinci… y cuando se fueron los políticos, los ordenadores regresaron al limbo donde se ocultan reformas de carreteras, obras para infraestructuras públicas, centros de recreo para barrios o polideportivos inacabados. Concretamente, fue el gabinete de la ahora ex consejera de Educación quien se hizo cargo de que los equipos informáticos no pasaran ni un minuto más en el colegio, con la promesa de que los devolverían al lugar donde se pueden apreciar en la foto, y así hacer que las Islas Baleares escalen un poco en el ránking de los colegios mejor equipados tecnológicamente (índice del que actualmente cierra por abajo).
A día de hoy, Extremadura es la comunidad autónoma con una mayor relación de equipamiento informático por alumno, a razón de 1,9 escolar por cada ordenador, siendo de 7,8 en el caso insular. También a día de hoy, la estadística no ha sido mejorada en Baleares, donde, entre otras cosas, aún están esperando los ordenadores que la señora Galmés se llevó en junio de este año. La promesa apunta que será en noviembre cuando el centro recupere los famosos equipos de la foto. Hagan sus apuestas.
Vía: El Mundo
Ya se sabe lo importante es la foto aunque sea a costa de los niños, que por otra parte no deberían ser utilizados de esa forma. ¿Cómo se les quedaría la cara a esos niños cuando les quitaron el caramelo? Se nota en la foto que algunos no se atreven ni a tocarlo, estarían avisados.