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Aún persiste en la retina de los espectadores la imagen de EVA, el robot explorador de la pelí­cula Wall-E, capaz de contener un sistema de conservación de flora viva destinado a la investigación. Ciencia-ficción, y animada, además, pero con marcas de visionario, ya que en el presente concurso Electrolux Design Lab 2009 se ha colado en la fase final un concepto de robot que no sólo recuerda a la pequeña exploradora del film de Pixar, sino que va más allá: es Le Petit Prince, un autómata inteligente dotado de una pequeña biosfera pensado para la exploración y colonización de Marte.

Visualmente, Le Petit Prince (El Principito, homenaje explí­cito a la archiconocida obra de Antoine de Saint-Exupéry) es una araña con una cabeza cilí­ndrica que sirve de cápsula que reproduce las condiciones naturales de la planta que se decida albergar en su interior. Su sistema de tracción se basa en cuatro potentes patas mecánicas, capaces de retraerse y ocultarse en su modo de descanso.

En palabras de su creador, el diseñador checo Martí­n Miklica, Le Petit Prince es un robot inteligente e interactivo cuya inspiración procede de las lecturas de Asimov o R2-D2. Su objetivo principal es la comprensión del entorno donde se encuentre para hallar la forma de obtener nutrientes para la flora que albergue en su pequeño invernadero. Pero no termina ahí­ la cosa. Como si de un Tamagoshi se tratase, una unidad Le Petit Prince es capaz de comunicarse e intercambiar información a través de una conexión Wi-Fi con otras unidades homólogas, de modo que es capaz de almacenar y procesar información de entornos no explorados, ahorrando mucho camino en su misión.

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La construcción de las unidades Le Petit Prince está concebida a partir de materiales asequibles en casi cualquier época (el tema del concurso convocado por Electrolux tiene como eje central la perdurabilidad del invento en los próximo 90 años), tales como el metal, el plástico o el vidrio. Además, este robot no sólo está orientado al análisis y ejecución de objetivos relacionados con la flora, sino que pretende también cumplir una misión socializadora. Y es que ante la posible colonización del planeta rojo, Le Petit Prince podrí­a ser el compañero ideal para los primeros colonos, adaptando su estado de ánimo y nivel de relación de acuerdo a la situación en la que se encuentre el humano al que acompaña.

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Ví­a: Engadget y Grupo Neva

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