Ingeniero viene de ingenio, y de eso le sobra a Charles Guan. Este veinteañero estudiante del Instituto de Artes Tecnológicas de Massachusetts se ha sacado de la manga una de las fantasías infantiles de todo chaval que alguna vez acompañase a sus padres a hacer la compra del mes a un hipermercado: el carrito de la compra motorizado, o LOLrioKart, como lo ha bautizado su inventor.
El LOLrioKart es muchas cosas. Por un lado es un impresionante y nada aerodinámico bólido urbano; por otro, es un nostálgico homenaje a uno de los mejores y pioneros videojuegos de Super Nintendo: el Super Mario Kart. Pero también es una minuciosa joya de ingeniería casera que no le hace ascos a muchos de los vehículos de baja cilindrada que pueden adquirirse en el mercado.
Impulsado por una batería de 54 voltios, el LOLrioKart ( La denominación remite directamente a su referente de 16 bits con la incorporación del famoso acrónico de internet, Laughing Out Loud, o reir a carcajadas) es capaz de superar los 70 kilómetros por hora con un motor de quince caballos. Ahí es nada.
Desde su página web, Equals Zero, Charles Guan detalla una memoria pormenorizada de cómo construyó esta obra maestra del grotesco-motor paso a paso. Desde el día que tuvo la idea hasta el momento en que ofreció al mundo la esperpéntica y envidiable imagen de un muchacho de 20 años al volante de un carrito motorizado. Sin embargo, todo genio tiene sus despistes, y tras la grabación del video-demostración, Charles comprobó el talón de Aquiles que debía eliminar de su prototipo en forma de nueva incorporación: los frenos. No es fácil ser un genio.
A continuación tenéis el vídeo.
Vía: VodPod
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