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En Hewlett Packard se encuentran de aniversario. Su gama de impresoras láser HP LaserJet cumple nada menos que 25 años. Desde luego que llegar al cuarto de siglo ya es motivo de celebración para cualquier empresa tecnológica. Pero también es una excelente oportunidad de echar la vista atrás y ver cómo han evolucionado estas máquinas desde sus inicios. Porque un cuarto de siglo es casi un mundo cuando hablamos de tecnologí­a.

Y para encontrarnos con su origen tenemos que remontarnos al año 1984. Corrí­a el mes de mayo cuando hací­a su aparición estelar la HP LaserJet Classic. O, lo que es lo mismo, la primera impresora láser para ordenadores personales realmente orientada al consumo masivo. No lo era, sin embargo, porque estuviese al alcance de cualquiera. En aquellas fechas, uno de estos dispositivos costaba ni más ni menos que 3.500 dólares. Unos 2.600 euros al cambio actual. No obstante, se convirtió en un modelo muy popular en las oficinas que se lo podí­an permitir.

Claro que sus ventajas eran muy suculentas. Era mucho más silenciosa y efectiva que otras impresoras de sobremesa. Su resolución de 300 puntos por pulgada proporcionaba una gran calidad de impresión, aunque sólo pudiese hacerlo usando el tipo de letra Courier. Pero es que ocho páginas por minuto era todo un logro para la época. Aunque a dí­a de hoy nos parezca un trasto excesivamente voluminoso, lo cierto es que entonces era considerada como una de las más compactas.

Apenas un año después, en noviembre de 1985, era presentada su sucesora. Su principal novedad era la inclusión del sistema PCL 4, que permití­a usar nuevas fuentes y opciones de formato como negrita o cursiva. En marzo de 1986 le siguió la HP LaserJet 500 Plus, que presume de ser la primera impresora láser de doble bandeja, lo que permití­a usar dos tipos de papel simultáneamente.

Justo un año después, en 1987, llegó la HP LaserJet II, por fin dirigida al gran público. Los 2.500 dólares que costaba (1.860 euros) resultaban algo más seductores para el consumidor doméstico. Luego llegarí­a la LaserJet IID, capaz de imprimir a dos caras. Y en 1990 la LaserJet IIP conseguirí­a situarse por debajo de la cifra mágica de los 1.000 dólares (745 euros). Todo un logro si tenemos en cuenta los precedentes.

Durante la no tan lejana década de los 90 siguieron produciéndose muchas mejoras. Desde nuestra perspectiva pueden parecer simples, pero en aquellos años suponí­an un gran avance. Hablamos por ejemplo del soporte para fuentes TrueType, que al fin nos aseguraban una correspondencia entre las letras que veí­amos en pantalla y lo que finalmente aparecí­a en el papel.

Surgieron también los primeros modelos que podrí­an conectarse en red. O que incluso incorporaban tecnologí­a inalámbrica, en aquel entonces basada en infrarrojos. Fueron los años en los que las multifunción comenzaron a abrirse paso, permitiendo copiar, enviar faxes y escanear en un mismo dispositivo. Y por supuesto, fue cuando emergió la Color LaserJet que, como su propio nombre indica, es la primera de su especia en imprimir a color.

Ahora, en 2009, es común tener en casa una impresora pequeña, con calidad fotográfica y repleta de funciones por muy poco dinero. Ya ni siquiera hace falta conectarlas al PC. Sin embargo, no hay mas que echar un vistazo a estos antiguos modelos de HP para darse cuenta de todo lo que han evolucionado en tan poco tiempo.

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