Montegiro es una compañía alemana que diseña, con exclusiva y amorosa dedicación artesana, giradiscos de gama alta. Su lanzamiento más reciente es un nuevo plato de aspecto retro llamado Legno.
El dispositivo está construido sobre una base de madera de bambú maciza y acero de alta calidad, lo que le otorga ”“siempre según el fabricante- una estabilidad fuera de serie a la hora de reproducir nuestros vinilos favoritos. Ya puede ser así, porque la virguería cuesta nada menos que 13.240 dólares (unos 10.160 euros al cambio actual). Pero hablar de la obscenidad de dinero que cuesta está hasta feo con estos equipos tan elitistas. Hagamos un repaso a las cualidades de estos tocadiscos para sibaritas.
Tanto Legno como el resto de modelos de Montegiro están realizados en materiales de primerísima calidad. Modelos como la serie Vivo y Mondo están realizados sobre bases de resina acrílica y acero compacto. Como en el caso de Legno, se supone que estas bases aportan estabilidad (algo muy necesario para un giradiscos) a la par que dotan al sonido de los vinilos de una cierta cualidad etérea, apreciable sólo por los melómanos más recalcitrantes.
Los materiales selectos no se limitan a la base. Las juntas del motor de los giradiscos así como las patas están revestidas de un compuesto plástico patentado para eliminar aún más las vibraciones. Las patas son regulables en altura de forma independiente y el motor está integrado artesanalmente en el chásis.
Técnicamente, Montegiro usa brazos de acero o fibra de carbono como el modelo Nobile, de Da Vinci, el 5009 de SME o el Phantom B-44 de Graham Engineering. Estas marcas, desconocidas para el común de los mortales, son muy significativas para los más entendidos.
Además, la casa no duda en modificar y mejorar estas piezas a su conveniencia estética o funcional. Incluso es posible solicitar un brazo de una marca y modelo determinados. En el caso de los motores que mueven la maquinaria, Montegiro separa siempre el motor de sincronía que mueve el vinilo, del motor de tracción, que siempre se integra aparte y de forma externa. En todos sus modelos es posible incluso ver la correa que une ambos mecanismos.
En definitiva, Montegiro ofrece diseños exclusivos con acabados que rozan la perfección y una maquinaria interna modificada a partir de piezas emblemáticas del mundo de la alta fidelidad. Si todo esto merece realmente la pena o es un caso de snobismo extremo es un debate como el de elegir entre un turismo o un Cadillac del 76. Los dos te llevan de paseo, pero”¦