Los típicos mensajes de móvil para descargar melodías, vídeos y fondos de pantalla también sirven para acompañar en el sentimiento desde la distancia. Una labor para la que también podemos usar el correo electrónico. Estos son los dos sistemas que han puesto en funcionamiento dos tanatorios españoles: el de la M-30 de Madrid y el de la localidad valenciana de Callosa d’En Sarriá.
El primero es quizás el más curioso. Consiste en facilitar un código numérico en las esquelas que aparecen en los periódicos. De esta forma, podemos enviar un pésame a los familiares del fallecido mediante SMS (mensaje corto de texto), siguiendo el habitual esquema de usar una palabra clave (en este caso, «M PESAME») más el mensaje de condolencia al número indicado.
Es necesario que los familiares del fallecido den su consentimiento expreso para habilitar el código. Además, cada mensaje es revisado por un sistema informático, que funciona de forma parecida a un «filtro anti-spam«, para evitar equivocaciones y, esperemos, frases de mal gusto y otros mensajes no deseados. La iniciativa acaba de ponerse en marcha esta misma semana.
Muchos tildarán la iniciativa como una forma poco honrada de hacer caja (cada mensaje cuesta nada menos que 1,2 euros más IVA). Pero José Salvador Argente, director de marketing del tanatorio, lo defiende como un sistema que facilita dar pésames a personas «que se encuentran lejos o desconocen cómo ponerse en contacto con la familia». Y como hemos dicho antes, es la familia quien decide acogerse o no al sistema.
El sistema del tanatorio valenciano es el más veterano, pues lleva funcionando desde junio, y combina los SMS con el correo electrónico. De la misma forma que uno puede recibir boletines de noticias de forma periódica, también puede hacerlo con un listado actualizado de defunciones, bien en la cuenta de correo electrónico o en el móvil. La suscripción se realiza a través de la web Qui s’ha mort (en valenciano, ¿quién se ha muerto?).
Cubre las defunciones de doce municipios de la provincia de Alicante (entre ellos Callosa), y está pensado para que los oriundos de la zona puedan acudir a los funerales de personas cercanas, especialmente cuando se trata de personas que viajan mucho por motivos de trabajo. También incluye un sistema de pésame telemático, así como registro histórico para comprobar la fecha exacta de una defunción, por ejemplo.
En fin, dos sistemas que demuestran que hasta las empresas funerarias le están echando un ojo a las posibilidades que brindan las nuevas tecnologías.
Foto original del ángel de adselwood
Vía: elmundo.es
