Los vigilantes de rojo que poblaban nuestras playas están predestinados a dejar de existir. Así lo pronostica el creador del Seascout, Andre Harley, un estudiante de Nueva Zelanda que ha diseñado un nuevo vigilante de la playa mucho más rompedor.
Esta vez vestido de amarillo, se trata de un robot que puede rescatar las víctimas de cualquier apuro y llevarlas hasta la orilla más cercana.
Por lo visto, el aparato funciona gracias al GPS que lleva incorporado el nadador. Una vez se introduce en el agua, el Seascout es capaz de localizarlo dónde quiera que vaya. Pero esto no es todo, ya que el Seascout lleva incorporada una radio en su interior, para que el sujeto rescatado pueda avisar a las autoridades competentes del naufragio.
Lo cierto es que el aparato puede ir muy bien, sobre todo en aquellas situaciones de riesgo en las que los profesionales tienen que batirse en alta mar. Para el resto de mortales, que dudosamente llevamos un GPS encima, siempre nos quedarán los vigilantes de carne y hueso o los bikini salvavidas. Al menos mientras no pongan el Seascout en fase de producción.
Vía: Coroflot