Aquí veremos el espíritu y las interioridades de Winnie the Pooh, Blas y Epi, la Teletubbie roja o el monstruo de las galletas. Y es que hay robots de juguete como el Graupner RB1000 cuya estructura está al descubierto sin intención de disimularse.
Los muñecos de peluche representan justo el caso contrario: personajes de trapo que pueden llevar ciertos mecanismos ocultos en su interior. Puede ser un sencillo artilugio que le sirva decir algunas frases, o uno complejo que le permita hacer movimientos más avanzados.
Esta tecnología suele pasar despercibida a los ojos de la gente, pero para Matt Kirkland no tienen ningún secreto. Este diseñador estadounidense se ha dedicado a diseccionar una serie de peluches para mostrarnos cómo son los ingenios que llevan por dentro. Un trabajo que ha bautizado como In Vestimentis Ursum.
Gracias a él sabemos que por dentro de este entrañable gatito sólo hay un dispositivo muy básico, con el que puede agitar sus piernas pero poco más.
Este perrito con pijama se llama Peeper. Pero al igual que su compañero felino su estructura interna no es demasiado complejo.
Todo lo contrario que este Winnie the Pooh enfrascado en la lectura de algún cuento popular. Para Kirkland este es el peluche con el mecanismo más complicado de todos los que ha desmontado. Igual le faltaría estar leyendo en un e-Reader como el Kindle para rizar el rizo aún más.
El siguiente es otra versión del famoso osito naranja, que a su vez lleva un mini muñeco de su amiguito Tiger en la mano. El esqueleto que esconde debajo de su piel tiene su miga.
Este pequeño monstruo azul tiene un rostro tristón que nos recuerda al del robot Nexi. Como resulta obvio, este juguete es infinitamente más simple.
Pero para simple esta réplica de la Teletubbie roja. Po, que ese es su nombre artístico, apenas esconde una diminuta máquina en su interior. Aunque seguro que los niños siguen disfrutando con ella de todas formas.
La factoría de Los Teleñecos es una de las más productivas en cuanto a peluches se refiere. Este simpático Epi (ese que todos confundimos con su compañero Blas) dispone de mecanismos internos sólo de cintura para abajo. Ya nos parecía que este simpático personaje no tenía mucho cerebro.
Kirkland también dispone de una suculenta variedad de muñecos Elmo, otro de los carismáticos personajes de Barrio Sésamo. Nuestro favorito es el que va vestido de pato, aunque la versión rockera con guitarra y chaqueta le sigue muy de cerca.
Monstruos, conejos, vacas, osos, dinosaurios o perros son algunos de los muñecos que también forman parte de esta curiosa colección. Después de contemplar el trabajo de investigación de Matt Kirkland quizás empecemos a ver los peluches de las tiendas con otros ojos.
Vía: idealista.com
yo quiero participar hay ok jejej jajaj
no no es verdad eso so los mismos muñecos pero disfrasados y kien eres?