Al ver esta especie de cabina esférica inevitablemente nos acordamos de aquellas casas Ewok que construía el carpintero canadiense Tom Chudleigh. No obstante, en esta ocasión no se trata de una vivienda modular para irnos a vivir al bosque, sino de una especie de cenador para pasar buenos ratos en el jardín (que también es un entorno natural, pero con más privacidad). Se llama Lounger, y si no tienes jardín ni 6.500 libras esterlinas (8.500 euros) para pagarla, mejor que te vayas olvidando. De cualquier forma y sin tratar de justificar el precio desorbitado de este habitáculo de lujo, hace un tiempo encontramos otros nichos portátiles mucho más caros por ahí.
Los que sí puedan permitirse un desembolso de esa envergadura disfrutarán de agradables tardes de relax en esta mandarina habitable. Sus 2”™4 metros de diámetro generan en su interior un espacio holgado a la vez que intimista para compartir con la familia y los seres cercanos. Está fabricada con láminas de pino y dividida en diez secciones, cada una de ella con su ventana en policarbonato que permite disfrutar de vistas al exterior. La base es plana para que el habitáculo no salga rodando como una pelota, y en el centro tiene colocada una mesa de altura ajustable. En la mesa podemos tomar unos aperitivos y beber unas copas, pero también se convierte en una cama si la pones a la altura de los asientos (vale para todo)
Por supuesto, el Lounger puede rotar sobre sí mismo. De esta forma te permite disfrutar de todas las vistas de tu jardín en un ángulo de 360 grados, pero ten cuidado de no marearte. Además, al encagarla un equipo de técnicos especializados acudirá a instalarla a tu domicilio, para que no te preocupes de nada. Un verdadero detalle considerando lo elevado de su coste y las complicaciones que supondría montarla uno mismo. A la venta en Ornate Garden.
Vía: Bornrich