En contra de la creencia popular que sitúa a los tiburones como una gran amenaza para los bañistas en la playa, lo cierto es que los escualos rara vez se acercan a nuestras costas. Encontrar minas explosivas en las inmediaciones de las orillas tampoco es que sea una situación muy común, pero por si acaso aquí tenemos a estos formidables robots langosta detectores de minas para encontrarlas y rescatarnos del peligro.
Son algo así como la versión robótica de los típicos detectores de metales que la gente se lleva a la playa para encontrar objetos perdidos. Sólo que en esta ocasión desempeñan una función muy importante, ya que para ello fueron creados en el año 2003 como parte de una operación militar para, precisamente, mantener a salvo las costas de los Estados Unidos. Allí parece que se toman la seguridad en las playas como un asunto muy serio.
En cuanto a su aspecto exterior, los robots presentan una rudimentaria forma de langosta bastante cuadriculada y con muy poca naturalidad. Lógicamente, no están fabricados así para que parezcan bonitos y se vendan en los escaparates de las tiendas. Fueron diseñados por el profesor Ayers (y posteriormente construidos por Massa Products) imitando la estructura de las langostas, de las que se pretendía copiar su extraordinaria movilidad acuática. Por eso pueden moverse con sus 8 patas en todas las direcciones sobre cualquier superficie, rastreando el fondo marino con sus antenas. La cola y las garras frontales les sirven para mantener la estabilidad.
Cada uno de los robots mide 60 centímetros, pesa algo más de 3 kilogramos y está fabricado con plástico industrial resistente. Pero no sueñes con comprarte uno para asustar a los domingueros en la piscina, ya que son de uso exclusivamente militar y no están a la venta. Para uso doméstico es mejor que acudas al Robovie-X de JR Robotics o al i-Sobot de Sanyo.
Vía: Coolest Gadgets
