El grifo es un invento del pasado. Tosco y rudimentario. En el futuro controlaremos el flujo del agua con una bolita de metal deslizándose por una lámina de cristal que cambie de color para indicarnos la temperatura del líquido elemento: azul para el agua fría, rojo para el agua caliente. O al menos así se lo imagina Smith Newman, de la firma de diseño Touch360.
De momento es sólo un proyecto, pero funcionaría acercando o alejando la bola del centro para contolar la presión, y haciéndola girar para subir o bajar la temperatura. Unos sensores magnéticos detectarían la posición y el movimiento de la bola, para que el cerebro de este lavabo hiciese los cambios oportunos al hacer salir el agua.
No sabemos ni si llegará a hacerse realidad ni si el sistema tendrá éxito para erigirse en el «grifo estándar» del futuro. Pero desde luego preferimos esta curiosa idea a prácticas como chapar el váter en oro o llenarlo de cristales Swarovski.
Vía: Yanko Design