A Tobias Frí¤nzel debieron reñirle más de una vez cuando era pequeño por jugar al ping-pong dentro de casa. Por eso diseñó esta ingeniosa puerta, cuyos bordes enmarcan una mesa de ping-pong plegable. Sólo hay que voltearla y colocarle la red de plástico en medio para echarse un partidito de «tenis de puerta» entre habitación y habitación.
Cuando no está montada para jugar, tiene el aspecto de una puerta normal por un lado, quedando el color verde y las líneas blancas de la mesa en el otro. Su creador quiere comenzar a venderla a principios de 2008. Más vale que se dé prisa, no le vayan a robar la idea en Ikea. Aunque la tienda sueca sólo la recomendaría para instalarla en tu cuarto. Ya se sabe: en el salón no se juega.
Vía: Yanko Design