El mercado de los reproductores portátiles sigue creciendo a buen ritmo. En España, durante el año pasado se vendieron casi cuatro millones de estos chismes y, según la consultora Forrester, las ventas mundiales aumentarán un 20% a lo largo de 2007. Una buena subida, pero inferior a lo que nos tenían acostumbrados en los últimos tiempos. El principal motivo de este crecimiento más tímido está en la saturación del mercado. En su origen estos equipos reproducían sólo música, y lograron un buen nivel de penetración bastante rápido. Además, su periodo de vida suele ser de varios años, por lo que el margen de nuevos compradores se reduce. Es decir, cada día es más difícil encontrar gente que no tenga ya uno de estos reproductores portátiles, especialmente entre la gente joven.
Sustitución «portátil»
A pesar de todo, el sector sigue creciendo gracias a la aparición de los llamados reproductores MP4 o multimedia, que permiten reproducir vídeos y fotos además de música. Según datos de GFK, los aparatos que sólo leen música, conocidos como reproductores MP3, cada vez se venden menos. En el primer semestre de 2007 se han comprado en España casi 200.000 reproductores musicales menos que en el mismo periodo del año pasado.
Pero el mercado de los reproductores portátiles ha crecido en general, y es que las ventas de los multimedia o MP4 se han multiplicado por seis en sólo un año. Si en el 2006 los reproductores exclusivamente musicales tenían una cuota de mercado del 88%, en lo que llevamos de año se ha producido un empate técnico entre ambos. Y si miramos las ventas del mes de Mayo, los reproductores multimedia ya superan a los que sólo aceptan música, aunque por poco (un 4% de diferencia).
El bolsillo importa, y no sólo por el tamaño
Uno de los puntos clave a la hora de elegir un reproductor es el precio. En este sentido, los que más venden son los reproductores sencillos y económicos (por debajo de 200 euros). Unos portátiles que almacenan los archivos en memoria flash, y suponen el 95% de las ventas. El resto del mercado es para los reproductores con microdisco duro, que ofrecen una mayor capacidad de almacenamiento, en algunos casos de hasta 80 gigas. El problema de estos modelos es que su precio se dispara, y el usuario prefiere gastar menos.
En líneas generales el sector crece, pero el comprador busca aparatos que integren más funciones. En este sentido, los reproductores se enfrentan a un nuevo y cada vez más duro competidor: el teléfono móvil. Como os contamos hace unas semanas en SER Digital, el 61% de los teléfonos móviles comprados durante el mes de Mayo en España llevaban reproductor integrado, entre otras funciones.
Además, el precio de los modelos de gama media no supone una franja de ruptura tan importante como pudiera parecer, ya que las operadoras de telefonía subvencionan buena parte de lo que cuesta el terminal. Y se trata de un mercado en el que los usuarios renuevan periódicamente su teléfono.
Sin embargo, estos teléfonos multimedia todavía tienen una asignatura pendiente: la duración de la batería. Pueden hacer casi de todo, pero cuando los usamos para algo que no sea hacer llamadas, las horas de autonomía descienden de forma notoria, especialmente en los modelos de gama alta.
Nos acercamos a un tiempo en el que prescindiremos de aparatos como la cámara o el reproductor, para llevar un único «gadget multiusos» en el bolsillo. Pero todo cambio es gradual, y no se producirá completamente hasta que la seguridad y la comodidad de uso vayan acordes con las prestaciones.
NO LOS DEN POR MUERTOS TODAVIA