¿Quién quiere viajar en avión teniendo un tren de alta velocidad? En España, por ejemplo, con el AVE podemos viajar de Sevilla a Madrid en poco más de 2 horas y media. Nos ahorramos colas, facturación, colas, arcos de seguridad, colas. Pero, sobre todo, nos ahorramos el trayecto del aeropuerto a la ciudad. El inconveniente: el viaje sale por un buen pico (más de 100 euros si hacemos ida y vuelta).

Ahora los franceses, que de trenes de alta velocidad saben un rato, acaban de mejorar sus TGV. Por un lado, viajarán a 320 kilómetros por hora (hasta ahora el máximo era de 300 Km/h), y por el otro, desde el 10 de Junio ofrecerán nuevos trayectos entre Parí­s y las principales capitales del centro de Europa, con unos precios bastante asequibles, en la lí­nea de las compañí­as aéreas low cost (de bajo coste).

El viaje inaugural, que cubrirá un trayecto de casi 500 kilómetros entre Parí­s y Estrasburgo, durará 2 horas y 20 minutos gracias al aumento de velocidad (antes eran 4 horas de viaje). En cuanto al precio: unos 25 euros viajando en segunda clase. La idea es aplicar este tipo de tarifas en trayectos de menos de 3 horas.

Otras lí­neas nuevas serán Paris – Luxemburgo (unas 2 horas y media), Paris – Zurich (4 horas) y Paris – Munich (casi 6 horas).

En España, de momento no parece que se vaya a aumentar la velocidad ni a reducir las tarifas. Sin embargo, está en marcha un proyecto, entre RENFE y su homónima francesa (SNCF), para construir un túnel que atraviese los Pirineos. Es el túnel de Perthus, cuya finalización está prevista para 2009.

Los trenes de alta velocidad españoles y franceses usarán este túnel para unir, por ejemplo, Barcelona y Parí­s en unas 5 horas y media. Hoy en dí­a, con tanta montaña de por medio, se tardan más de 9 horas y media. Un proyecto, qué duda cabe, muy interesante.

Sin embargo, nos agrada mucho más la idea de que bajen las tarifas del AVE. Sobre todo porque está previsto que, a finales de año, se termine (por fin) el último tramo de la lí­nea de AVE Madrid-Barcelona. Un precio asequible serí­a razón más que suficiente para olvidarse del agradable puente aéreo Madrid-Barcelona y no volver a pisar por un tiempo esa gran obra arquitectónica que se llama T-4.

Ví­a: elmundo

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