Después de las lámparas de usos raros y las multifuncionales, cerramos este especial «lámparas frikis» con una última entrega dedicada a un par de modelos de diseño llamativo y extraño. Esperamos haber arrojado algo de luz y, sobre todo, de originalidad a vuestras mesas de trabajo. Porque no nos negaréis que originales son un rato.
La primera que queremos sacar a colación tiene forma de huevo. Es la Barry Table Lamp. Al pulsar un botón, la esfera se abre por la mitad, dejando a la vista una circunferencia de pequeñas bombillas que se reflejan en el interior, para repartir la luz hacia todas las direcciones. La fabrican en Alemania y cuesta, al cambio, unos 810 euros.
La segunda y última lámpara es holandesa. Su diseño corre a cargo del estudio holandés Buro Vormkrijgers. El nombre del producto es más sencillo y fácil de pronunciar: MIC, así, a secas. Tiene unas patas tipo telescopio, hechas de aluminio, que se pueden quitar para que la lámpara parezca el sable-láser de Luke Skywalker a medio rendimiento.
Funciona con tres pilas convencionales y está disponible en dos tamaños: 22,5 x 3,8 x 3,8 y 18 x 17 x 16 (siempre en centímetros). Además, pesa sólo 300 gramos. Por desgracia, no hemos encontrado información sobre el precio. Y es que, incluso en el mundo de las lámparas, la información está llena de luces y sombras.