Ya hemos hablado de accesorios para la cocina y de gadgets decorativos. Este post se lo vamos a dedicar a las madres más tecno. Como no podí­a ser de otra forma, tenemos que recomendar un par de teléfonos móviles.

Una buena elección es el Samsung F300, un terminal compacto que por una cara es teléfono y por la otra reproductor de MP3. Para usar una u otra función, sólo hay que pulsar un botón. Práctico, porque es fácil de usar y, para cada caso, lleva todos los botones a mano. Además, incluye una rueda táctil (como la del iPod) para navegar por los menús, una cámara de 2 Megapí­xeles (fotos de buena calidad) y 100 MB de memoria interna (ampliables por tarjetas microSD). Así­ podemos meter canciones, fotos o lo que queramos. Su precio libre, 420 euros.

La segunda alternativa que recomendamos es el Nokia N76. Un teléfono 3G (de tercera generación), ideal para navegar por Internet y hacer videoconferencias. Tiene un diseño “tipo concha” en 2 colores: un rojo bastante llamativo y un negro más discreto. En la carcasa lleva una mini-pantalla externa, y dentro otra más grande que reproduce 16 millones de colores.

Su cámara también es de 2 megapí­xeles (buenas fotos). La memoria interna es de sólo 26 MB, pero se puede ampliar hasta 2 GB con tarjetas, para aprovechar bien su reproductor multimedia. Cuesta unos 509 euros.

Si tu madre no quiere cambiar de móvil y el que tiene no es de los que tienen videollamada, puedes probar con los Mo Pods. Son unos muñequitos encerrados dentro de una vitrina transparente, que bailan y se iluminan cuando recibes una llamada. Basta con que estén cerca del teléfono para empezar a funcionar (prueba a colgarlos a modo de llavero). Los hay en 6 modelos distintos y cuestan 10 euros la unidad (no seas rata y, si compras esto, añade, otro detalle, hombre).

Si tu madre le pega a los videojuegos, igual te convencen más estas fundas de lujo para la PSP, hechas por cuatro diseñadoras españolas. El modelo de El Delgado Buil, por ejemplo, protege la consola portátil de Sony con un acolchado que imita la piel de leopardo, y cuesta 75 euros. El otro modelo comercial lo ha diseñado Carmen March y ella misma lo define como una funda «práctica», pensada como «bolso de noche flexible». Éste cuesta 110 euros.

Y no te duermas con esto del regalo que sólo queda una semana.

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