Uno de los momentos más importantes de tu vida, seas hombre o mujer, serán esos minutos en los que le pedirás matrimonio a tu pareja. Seguramente has imaginado un millón de veces ese momento. Hasta lo habrás practicado, le habrás dado mil vueltas, cambiado de idea, comentado con tu familia, amigos, mascota… pero sin duda, tal vez no sea tan original como la que puso en marcha este hombre.
Solo tenemos que darnos una vuelta por YouTube para encontrar mil y una ideas. Pero justamente ese es el problema en muchas ocasiones, que ya se ha hecho antes. Y es que lo de tirarse en paracaídas y gritar «María te quiero, cásate conmigo» ya está muy visto. Además, difícilmente se nos entenderá nada cuando intentemos vocalizar al caer al vacío. Por no hablar de lo costoso del asunto, claro.
Tampoco lo de meter el anillo en una hamburguesa (o en el postre… en definitiva, en cualquier cosa que nos vayamos a comer) es muy buena idea, ya que dependiendo del apetito y del día la cosa puede terminar bastante mal. Lo de arrodillarnos en un restaurante lleno de gente siempre es una opción, pero como la otra persona en cuestión sea de las que no le gusta dar el cante en público puede tener como consecuencia un ‘No‘ que nos hunda en la mayor de las miserias.
Últimamente habrás visto vídeos en los que atletas le piden matrimonio a su pareja en medio de una competición, o yo mismo he sido testigo en el Resurrection Fest (festival de música en Viveiro) de como el cantante de un grupo subía a su novia en medio de la actuación y le pedía matrimonio mientras los allí presentes lo jaleaban. La respuesta fue sí.
Pero después de pensar en todo esto, incluído lo del concierto, Ben Anderson decidió ir un paso más allá y desde Inglaterra ha conseguido conquistarnos con su forma de hacerlo. Y es que todo, absolutamente todo, contado con figuras de Lego gana muchísimo. Y si son personalizadas, como es el caso del vídeo que os vamos a enseñar a continuación, todavía mucho más.
Los Lego valen hasta para proponer matrimonio
Como decíamos antes, una propuesta de matrimonio siempre va a ser difícil. Ni el más templado del mundo será capaz de tener el pulso firme en ese momento. Así ha sido como Ben Anderson, de Worcester, ha decidido ir un paso más allá ara pedirle matrimonio a su novia, Kirsten Dally.
La primera parte, lógicamente, era un pequeño engaño para que su novia fuese con él. Así fue como le dijo que iban a ir al Electric Cinema de Birmingham. Antes de eso, Ben había contratado a un animador de stop-motion para que crease un pequeño vídeo que se iba a proyectar antes de la película.
Así que mientras Kirsten pensaba que iba a ver los típicos avances de las películas que estaban por estrenar, lo que realmente pudo ver era la historia de su relación contada a través de Lego y en stop-motion. Originalidad al poder. Eso sí, para saber si le ha dicho que sí o que no, te tocará ver el vídeo.