¿Hacía donde nos lleva la adicción al móvil? ¿Realmente supone un peligro también desde el punto de vista afectivo? Un estudio revela que sí. De hecho, y según las conclusiones extraídas, un 40 por ciento de los usuarios encuestados valora en igual o mayor medida a su smartphone que a sus amigos, un 29,4 por ciento tiene más en cuenta su teléfono que a sus padres y un 21,2 por ciento piensa que su móvil es tan o más importante que su pareja.
El experimento pedía a los participantes que colocaran imágenes que representaran a personas y objetos de sus vidas en un tablero de ajedrez frente a su posición. Mientras que la familia, los amigos y mascotas en general se situaban más cerca del participante que su teléfono móvil, otras figuras con fuerte presencia en la vida, como compañeros de trabajo o estudios, con los que hay una interacción diaria, estaban en un segundo plano en comparación con sus amigos virtuales. De este modo, el 16,7 por ciento de los encuestados calificó su terminal como lo más importante para ellos. Solo un 1,1 % afirmó que su smartphone era lo más importante de su vida.
A pesar del valor que se da a dispositivos como fuente de entretenimiento, información y almacenamiento de datos, los participantes estaban más que dispuestos a compartir el número de PIN de su teléfono móvil cuando se le preguntó, dejando al descubierto el acceso a toda su información personal y sensible. Sin ir más lejos, durante el experimento el 93% de los participantes dieron su código PIN cuando se les pidió, sin ser consecuentes del peligro que ello entraña. Esto viene a demostrar, que a pesar de que el móvil es uno de los objetos más valorados por los usuarios, no se tiene demasiado en cuenta la seguridad y las consciencias que podría ocasionar, desde robo de datos, hasta robo de identidad, pasando por intromisión de la privacidad.
Desde la compañía de seguridad Kaspersky Lab, responsable de encargarle el estudio a las universidades de Wí¼rzburg y Nottingham Trent, aseguran que queda más que demostrada la fuerte conexión emocional que tenemos con nuestros móviles. Estos pequeños dispositivos son un elemento en nuestras vidas más importante incluso que los ordenadores portátiles u otros dispositivos con el mismo grado de información. El problema que trae todo esto, es que el hecho de ver a estos pequeños aparatos como una extensión de nosotros mismos está provocando que nos olvidemos de aumentar su seguridad, lo que los hace más vulnerables ante los cibercriminales.
En este sentido, ¿cómo podemos saber que hemos adquirido una adicción a nuestro teléfono móvil? Hay claros síntomas que lo indican. Uno de ellos, por ejemplo, es cuando existe la necesidad imperiosa de tener que revisar una y otra vez el teléfono, así como utilizar una determinada aplicación o juego. También podemos empezar a pensar que tenemos un problema con nuestro dispositivo en el momento en el que nos encontremos enfadados, exasperados y angustiados si no logramos conectar, falla la conexión WiFi, o no funciona una aplicación que queremos utilizar.
