Un grupo de alumnos del MIT (Instituto de Tecnología de Massachussets) en Estados Unidos han creado una pequeña ciudad inteligente llena de patitos de goma donde pueden testar a pequeña escala la conducción autónoma de vehículos. Sí, has leído bien: patitos de goma en una mini-ciudad inteligente con mini-coches que conducen solos. Lógicamente, el proyecto ha causado sensación en Internet…
Duckietown, un proyecto divertido de desarrollo de coches autónomos
Uno de los mayores obstáculos en la investigación para el desarrollo de coches autónomos es precisamente el tamaño de los vehículos, ya que habría que utilizarlos en las ciudades o en escenarios del tamaño de calles y carreteras reales para poder ponerlos a circular. Por ello, el trabajo con modelos a pequeña escala facilita mucho las pruebas técnicas y reduce enormemente los costes: no es necesario construir prototipos de automóviles a tamaño real ”“con todos los gastos que supondría”“: basta con diseñar mini-coches autónomos y crear pequeños modelos de ciudades donde puedan circular.
El grupo de trabajo del Laboratorio de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT) ha decidido crear todos sus modelos a una escala muy particular: ¡tamaño adaptado a patitos de goma!
Así nació Duckietown: una mini-ciudad inteligente habitada por patitos de goma por donde conducen 50 pequeños vehículos totalmente autónomos (los duckiebots). Los duckiebots son capaces de desplazarse por las calles y las intersecciones sin tener almacenado ningún tipo de mapa o ruta: se mueven interpretando los semáforos y las señales de tráfico, y analizan también la presencia de otros vehículos para aplicar las necesarias normas de ceder el paso y evitar colisiones.
Los mini-vehículos están equipados con una pequeña cámara con la que identifican las señales, los semáforos y los obstáculos para circular correctamente. Lógicamente, no siempre es fácil mantenerse enteramente en el carril, pero por lo general parece que los patitos de goma conducen bastante bien en su pequeña ciudad tecnológica.
Desde el grupo de trabajo del MIT esperan que este proyecto pueda servir como punto de partida para la investigación y el desarrollo de nuevos modelos de conducción autónoma aplicables a vehículos para personas en la vida real.
Lo que queda claro es que Duckietown es un proyecto muy divertido que facilitará el trabajo a los científicos e ingenieros… ¡Y además los patitos son adorables!
Todos los elementos necesarios para el desarrollo de los duckiebots son open source (de código abierto). Los costes asociados a la creación de nuevos mini-vehículos son bajos, así que la idea se podría extender a universidades y a centros de investigación de todo el mundo, y el software para la conducción autónoma se podría mejorar gracias al trabajo de otros profesionales.
Desde el MIT animan a profesores y aficionados a construir sus propios duckiebots: solo hace falta una inversión de unos 100 dólares por vehículo, y descargar de forma gratuita el software y las instrucciones para el montaje y el funcionamiento.