Samsung y LG

Fin al extraño «Caso de la lavadora». Probablemente hayas oí­do algo sobre esta historia rocambolesca que enfrenta desde hace meses a dos de las compañí­as de electrónica de consumo más importantes del mundo. El desencadenante fue la puerta de dos lavadoras de Samsung que se desencajaron después de que dos ejecutivos de LG las manipularan. Tras varias declaraciones desafortunadas que elevaron el nivel de tensión las dos firmas cruzaron demandas y el caso terminó en los juzgados… Pero al fin ha imperado el sentido común y la sangre no ha llegado al rí­o. Este enfrentamiento pone de manifiesto la rivalidad que existe entre dos de las firmas más importantes de Corea del Sur.

Parece sorprendente que este caso haya llevado a dos de las compañí­as más importantes del mundo de la tecnologí­a a los juzgados. Pero es sintomático de una rivalidad que dura muchos años y en la que está en juego no sólo la posición de primera firma tecnológica de Corea del Sur, sino también el dominio del mercado de electrónica de consumo en muchos ámbitos como los electrodomésticos, los televisores o los dispositivos móviles.

El denominado como «Caso de la lavadora» comienza durante los dí­as de la pasada feria de la IFA en Berlí­n (en septiembre del año pasado), pero no sucede en el propio entorno de la feria. Durante su estancia en esta ciudad, unos ejecutivos de LG deciden entrar en una de las tiendas de la capital alemana. El motivo, en principio, es echar un vistazo a los equipos de la competencia. Y aquí­ comienza la historia. Los ejecutivos se acercan a unas lavadoras de Samsung y comienzan a inspeccionarlas. Y no cualquier modelo. Las lavadoras pertenecen a la gama alta de los electrodomésticos de la firma coreana, con un precio que ronda los 2.400 euros. En un momento de su inspección fuerzan o prueban (dependiendo de la versión de esta historia) la resistencia de las puertas de los electrodomésticos, que terminan fuera de sitio.

Samsung y LG

Tras esta acción, los ejecutivos de LG se comprometen a pagar los desperfectos de cuatro lavadoras diferentes pero realizan unas declaraciones en las que ponen en duda la resistencia de las puertas. Es entonces cuando Samsung demanda a los ejecutivos por vandalismo. Una decisión que tiene respuesta inmediata por parte de LG al demandar a su rival por considerar que han falsificado las pruebas y que las bisagras de las lavadoras se habí­an aflojado previamente. Al final, el hecho de determinar quién tení­a razón en este caso y quién no comenzó a perder importancia ante la magnitud que se le estaba dando al tema.

Así­ lo han entendido las dos firmas, que hoy han anunciado en un comunicado que se abstendrán de «emprender nuevos contenciosos legales». Además, se han comprometido a «hacer esfuerzos para resolver los problemas a través de la comunicación». Se trata de un movimiento que deberí­a acabar con la inusitada tensión que se habí­a apoderado de dos de las empresas más importantes del panorama tecnológico. La rivalidad, esperamos, volverá a centrarse exclusivamente en sus productos y servicios.

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