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La junta de accionistas de Nokia ha aprobado por una abrumadora mayorí­a el acuerdo para la venta de la División de Dispositivos y Servicios Móviles a Microsoft. Cuatro quintas partes del accionariado estaba de acuerdo con las condiciones de la venta aunque se escucharon voces discordantes con la venta, hay que recordar que Nokia es prácticamente un sí­mbolo nacional en Finlandia y la venta tiene implicaciones que van más allá de lo puramente financiero. De todos modos el aspecto económico del trato es importante, esta operación le reportará unos ingresos nada desdeñables a Nokia: unos 5.440 millones de euros.

Desde que se puso en marcha la alianza entre Microsoft y Nokia en 2011 el panorama ha cambiado mucho, y las intenciones iniciales de ambas compañí­as, así­ como la realidad financiera a la que se han ido enfrentando en estos años, ha cambiado mucho lo que es posible y deseable para cada una de las dos. Al principio Microsoft conseguí­a un socio muy respetado pero que ya no estaba en su mejor momento, y Nokia conseguí­a un apoyo importante en un momento de bajada de ventas.

Con el tiempo a Microsoft le ha ido haciendo cada vez más falta controlar la plataforma Windows Phone y darle el í­mpetu que cree que necesita para conseguir una cuota de mercado significativa, y es Nokia quien cada año se ha visto más debilitada para mantener el ritmo. Al final, la opinión de los expertos era bastante unánime, integrar el negocio de equipos y servicios móviles en Microsoft encajaba mucho mejor con sus necesidades, y la inyección de capital le vení­a muy bien a Nokia.

Una de las ventajas más claras de esta integración estará en algo muy visible para los consumidores: el nombre de los productos. Hasta ahora los smartphones de Nokia con Windows Phone tienen nombres como «Nokia Lumia Windows Phone» y parece claro que esta acumulación de marcas y tecnologí­as no ayuda nada a comunicar un concepto claro y rotundo a los posibles compradores.

Acuerdo Nokia Microsoft

Lo que parece es que el anterior CEO de Nokia, Stephen Elop, que procedí­a de Microsoft, y que tantas crí­ticas recibió al «dejar en bandeja de plata» la venta de la división de móviles de la finlandesa a la norteamericana volverá a Microsoft en un rol por denifir. Su nombre incluso está bien posicionado en las quinielas sobre quién será el próximo CEO de Microsoft. Casi nada. No se viene él solo, ya que la compra implica que decenas de miles de trabajadores de Nokia pasarán a formar parte de Microsoft. Las  estimaciones hablan de unas 30.000 personas.

El acuerdo incluye también el derecho de uso por parte de Microsoft de una gran cantidad de patentes y los servicios de localización y mapas de Nokia. Todo esto dibuja un panorama muy interesante para Microsoft, que pasará a ser un jugador de primer nivel con control sobre el sistema operativo, los terminales y los servicios, algo que hasta ahora sólo tení­an Apple y BlackBerry, y que al menos a la primera de ellas le ha sido muy útil, no tanto a la segunda.

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