windows 8

Ha pasado un año desde que Microsoft lanzara la beta de su último sistema operativo para ordenadores y tabletas. Unos meses más tarde, el 26 de octubre de 2012, presentaba la versión final de Windows 8. La acogida no ha sido la esperada, sobre todo si se compara con el éxito de su antecesor, Windows 7. Es cierto que el nuevo operativo ha entrado en el mercado en un momento convulso, cuando la industria del PC está viéndose sacudida por el auge de las tabletas. Sin embargo, el traspiés se debe a un solo fallo, sino a un cúmulo de errores estratégicos. La compañí­a está intentado subsanar, al menos una parte, con la nueva actualización de Windows 8.1, cuya versión previa está disponible desde finales de junio, pero que tuvo que parchear una semana después; el debut de la versión definitiva está previsto para agosto. ¿Qué salió mal? En Zdnet hacen un recorrido por principales errores cometidos por Microsoft.

1) Desaparición del escritorio tradicional

Es uno de los aspectos más criticados por los usuarios, que al final se ha tratado de corregir con la actualización gratuita Windows 8.1. La posibilidad de ir directamente al escritorio en lugar de la pantalla de inicio estaba escondida dentro del menú de la versión previa, pero desapareció de la final.

2) Falta de hardware en el lanzamiento

Los fabricantes no tuvieron listos sus equipos más punteros para finales de octubre de 2012, a tiempo para el estreno de Windows 8. Tuvieron que pasar semanas e incluso meses para que los primeros diseños interesantes, como los ordenadores convertibles, estuvieran en las tiendas. Ni siquiera la propia Microsoft hizo lo propio con el Surface Pro, que apareció tres después.

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3) Lo táctil más allá de las tabletas

Los consumidores pioneros no comprenden los beneficios de la interfaz táctil de Windows 8 en los ordenadores portátiles y todo en uno de sobremesa. La compañí­a no ha sabido explicar las utilidades de la pantalla táctil como complemento del teclado y del ratón o del touchpad, por ejemplo, al navegar por la web. En cambio, se ha centrado en dibujar con los dedos.

4) Apuesta incorrecta por tabletas grandes

Windows 8 mantiene la idea de que es una tableta es como un PC pero sin teclado, que se usa en formato apaisado y con un aspecto panorámico 16:9. La falta de compatibilidad con tabletas pequeñas se va a solucionar con Windows 8.1.

5) Aplicaciones mediocres de Microsoft

La primera partida de aplicaciones para Windows 8 dejaba mucho que desear. Son los casos de Mail y del rudimentario editor de fotos de la casa.

6) Retraso de las aplicaciones desarrolladas por terceros

Si su propia gente tuvo problemas para diseñar un software decente, poco se puede reprochar a los terceros. Por ejemplo, la aplicación oficial de Twitter no salí­a hasta marzo, y la prometida por Facebook aún no está disponible. En el catálogo todaví­a no hay nada de Google, excepto el buscador.

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7) Programas inútiles precargados

Muchos usuarios se quejan de que los equipos con Windows 8 vienen precargados con programas de terceros innecesarios que encima lastran el rendimiento. Y las asociaciones por defecto de los ficheros están asignadas a software de pago.

8) Malas decisiones de marca

El nombre de Windows 8 funciona bien. En cambio, Windows RT no es una buena elección, porque el nuevo producto se confunde con WinRT, un paquete de API. También es desafortunada la improvisada decisión de descartar Metro para referirse al lenguaje del nuevo diseño de Windows 8.

9) Marketing inadecuado

La compaña publicitaria inicial no ha sido capaz de transmitir un mensaje claro y coherente sobre los beneficios de Windows 8.

10) Consumidores desconcertados

Microsoft pensaba que la curva de aprendizaje de Windows 8 serí­a más corta. Seguramente por eso decidió prescindir de una lí­nea caliente de atención a nuevos usuarios.

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