Seguimos a la cola de Europa. Nos suben el IVA, los impuestos y recortan las prestaciones sociales. Y a pesar de ser un país al borde del rescate, seguimos pagando más que nuestros socios europeos por conectarnos a Internet. Así lo demuestra el último informe presentado por la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico). El documento revela, para desgracia de los pobres – y nunca mejor dicho – internautas españoles, que España es el segundo país con la banda ancha más cara de Europa, justo después de Grecia, otra damnificada de la maltrecha Europa. Los datos son francamente preocupantes si nos fijamos en que los españoles pagan una media de 4,15 euros por megabit por segundo, dato que contrasta con los 1,25 euros que paga Portugal, los 1,56 de Francia y los 3,04 de Italia. Así no cabe la menor duda de que en España, ser internauta sale muy caro.
Tenemos una banda ancha lenta y cara. A pesar de que pagamos más por ella, el servicio deja mucho que desear. Según el mismo estudio de la OCDE, la alta velocidad española está implantada en el 57,4% de los hogares, estando por debajo de la media europea. El resto de países de la zona euro presentan una implantación del 61,4%, al mismo tiempo bastante baja si la comparamos con la de Corea del Sur, de un 97%, o la de Islandia, alcanzando un 87%. Los datos son demoledores, incluso también para la vieja Europa, que parece haber dejado pasar el tren de la velocidad. En este sentido, España ha hecho lo propio, para mal de los usuarios que quieren conectarse a Internet a través de una infraestructura técnica de calidad. En nuestro país, los proveedores de banda ancha están ofreciendo una media de 27 megabits por segundo con precios que pueden llegar al máximo de 82 euros por megabit cada segundo. La media de la Unión Europea está en 41 megabits, en Francia supera los 51 megabits y en Japón, los 150 megabits. Compare su blancura y compare su precio.
Estamos muy lejos de llegar a la media japonesa. Y en esto, los españoles no estamos solos. Parece que Europa tampoco ha hecho los deberes a la hora de implantar infraestructuras que permitan el acceso rápido, ágil y universal, aunque por contraste y a diferencia de España, en países como Alemania o Reino Unido se han estipulado precios máximos (de megabit por segundo) de 37 y 5 euros, respectivamente. Esto ya nos parece más coherente.
España, sin embargo, no se queda atrás a la hora de conectarse a través del móvil. Aunque parezca ciertamente paradójico, los españoles están interesados en acceder a Internet a través de su dispositivo móvil. De hecho, se trata de una fórmula bastante más económica que la que habitualmente manejamos en el hogar, en detrimento – eso sí – de la comodidad. En este sentido, los datos de 2011 son bastante optimistas. Y es que durante el pasado año, se registraron hasta 30.254.282 suscripciones al Internet en el teléfono móvil, superando así países como Francia, Suiza o Reino Unido, supuestamente más avanzados. Así, los datos confirman que de cada 100 españoles, 65 se conectan a Internet a través de su smartphone. Lo más probable es que durante este 2012 las cifras sigan creciendo, ante la masiva incorporación de muchos usuarios al mundo de la telefonía móvil inteligente y a los nuevos usos sociales que requieren disponer de una conexión a Internet en cualquier parte.
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