«El 2008 puede haber sido un mal año para la economía, pero ha sido un gran año para la estupidez«. Es la frase que ha soltado Gary Apple, el fundador de Stupid.com, una tienda de Internet dedicada a los regalos más estúpidos que hay en el mercado. Desde la propia web han confeccionado un listado con los artilugios considerados más inútiles y ridículos, para que nos hagamos a una idea de hasta dónde puede llegar el aburrimiento del hombre, y si cabe, entretenernos un rato. Ahí va la primera entrega de este peculiar Top Ten.
1) Screaming Chicken
Este pollo chillón es el prototipo de invento que lleva el cuñado soltero (y gracioso) en la cena de Nochebuena. Se trata de un pollo de goma que emite chillidos cuando le apretamos el pescuezo. El sonido es realmente especial para amargarle la noche a cualquiera, sobre todo si el dueño de semejante engendro, se encuentra sentado a tu lado. Cuesta unos ocho euros.
2) Redistribution 2008 Holiday Ornament
Este extraño cartel está hecho para colgarlo en lugar de cualquiera de las bolas del árbol de Navidad. En él simplemente se anuncia que el cartel está sustituyendo el adorno que había en su lugar, para redistribuirlo a otras personas más necesitadas. Lástima que las guirnaldas de Navidad sea lo último que necesitan los pobres. ¿No podían redistribuirles un trozo de turrón? El cartelito cuesta 3,16 euros. Tela con el cartelito.
3) Mini «Guitar Hero»
Parece la guitarra del olvidado Rodolfo Chikilicuatre, pero no es así. Esta es mucho más completa, aunque no llega al nivel del auténtico Guitar Hero. El caso es que con esta mini-guitarra de plástico se pueden practicar hasta diez composiciones de grupos como Queen, Deep Purple, Nirvana o Police. Si es que logras atinar con los minúsculos botones. El precio es de doce euros.
4) Potty Putter
Detrás de este nombre tan extraño se esconde un regalo peor. El Potty Putter es un campo de golf en miniatura, dedicado a aquellos que pasan mucho tiempo sentados en el váter. Leer el periódico ya no está de moda. La alfombrilla puede rodear todo el inodoro y el sujeto que se atreva a utilizarlo, puede practicar su deporte favorito dándole golpes a la bola mientras su cuerpo hace otras cosas. Hacer el ridículo cuesta 18 euros.
5) Wasabi Gumballs
Son bolas de chicle de wasabi, el popular y picante condimento japonés. La caja va repleta con 22 bolitas de apariencia dulzona. Pero lo cierto es que pueden resultar una broma de lo más cruel para compañeros de trabajo u otros espécimenes que te resulten odiosos. El precio de la cajita es de apenas tres euros. Los que las han probado aseguran que los chicles están riquísimos. ¿Quieres uno? Prueba, prueba…
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Foto de: colorblindpicaso / Vía: El Mundo