Probablemente a muchos os suene la palabra Zune. La mayoría de los que estén interesados en equipos electrónicos sabrán que es, por así decirlo, el iPod de Microsoft. Lo que ya es mucho menos probable es que hayáis visto uno alguna vez con vuestros propios ojos, pues sólo se vende en Estados Unidos y Canadá. Pues bien, un día antes de que Apple presentase sus nuevos iPods, la compañía de las ventanas hizo lo propio con su MP3 de bolsillo.
Básicamente, ahora tiene más puntos en común con el iPod, como colores más vistosos y variados o la posibilidad de comprar canciones sin ayuda de cables a través de su propia tienda online (Zune Marketplace, el equivalente a iTunes Store), aprovechando su conexión Wi-Fi integrada. Eso sí, de lanzarlo en otros mercados, como el español, nada de nada. Microsoft ya tiene bastante con haber fracasado en los dos países arriba citados en su intento de hacer sombra al iPod (lo mismo que le sucede a todos los competidores de Apple, que mantiene el 70% de las ventas de reproductores portátiles sin despeinarse).
La fórmula del éxito de la compañía que preside Steve Jobs no le ha servido de mucho a los de Redmond. Sólo Apple ha sabido sacarle buen partido a eso de vincular en un mismo paquete de productos el dispositivo físico (iPod), el programa para hacerlo funcionar (iTunes) y la tienda para vender canciones y vídeos (iTunes Store). Pero vayamos por partes con lo nuevo de Zune, empezando por las nuevas versiones del aparato en sí.
Ahora Zune posee dos nuevas capacidades de almacenamiento: 16 GB en memoria flash y 120 GB en microdisco duro (como el disco duro magnético de ordenador de toda la vida, pero más pequeño), con precios de 200 y 250 dólares, que vendrían a ser respectivamente unos 143 y 180 euros al cambio actual. Se mantienen las versiones de 4 y 8 GB en flash y 80 GB en disco duro, a 130, 150 y 230 dólares (93, 107 y 165 euros). También se añaden los dos nuevos acabados que veis arriba: uno azul con detalles plateados y otro completamente negro.
Los modelos de memoria flash llevan pantalla de 1,8 pulgadas y los de disco duro llevan una de 3,2 pulgadas, en ambos casos con 240 x 320 píxeles de resolución. Por otra parte, hay que hablar del software y la tienda, que como pasa con Apple van prácticamente cogidos de la mano. Como decíamos al principio, los nuevos Zune (y los antiguos que actualicen gratuitamente su firmware) podrán conectarse sin cables a la tienda, para descargar y pagar las canciones una a una o suscribiéndose a la tarifa Zune Pass, para descargar todo lo que el usuario quiera por 15 dólares mensuales (unos 10,7 euros al mes).
Ahora bien, con esta última modalidad las canciones desaparecen del reproductor cuando el usuario se da de baja del servicio. Luego hay otra novedad bastante más original, y que aprovecha un punto del equipamiento, ahora sí, que no tiene ningún iPod: el sintonizador de radio FM. ¿Escuchamos una canción en alguna emisora que querríamos tener en nuestra colección particular? Marcamos la información RDS de la canción (esos datos que muestran, por ejemplo, el nombre de la emisora en pantalla) y en un par de pasos el Zune la busca en la tienda. Si está, podemos comprarla.
Hablando en plata: comprar las canciones que suenan en la radio. Apple, en cambio, ha optado por facilitar estos enlaces de compra a modo de sugerencias con el nuevo iTunes 8, a través de un sistema que analiza lo que escuchamos y busca otros temas que casen con nuestras canciones. Dos formas distintas de intentar hacer más caja. Eso sí, hay que reconocer que la de Microsoft es menos invasiva, todo hay que decirlo.
Y hablando de sugerencias, el nuevo Zune también las tiene, pero a través de recomendaciones entre todos los usuarios suscritos a Zune Pass. En fin, una actualización del Zune que por primera vez propone algo medianamente nuevo e interesante. Pero del mismo modo que Apple se empeña en no usar nunca un sintonizador de radio, Microsoft también tiene sus detalles que disgustan al usuario. Por ejemplo, la conexión Wi-Fi, que ya servía para actualizar el listado de canciones en casa, comunicar un Zune con otro y ahora acceder a la tienda. ¿Pero por qué no para navegar por Internet como sucede con el iPod Touch? En este aspecto el Zune anda todavía varios pasos por detrás del iPod, mientras que éste cada vez se parece menos a un reproductor de bolsillo. Y el mayor ejemplo es el iPhone.