Los chicos de Bang & Olufsen siempre venden sus equipos a precios desproporcionados. Eso sí. Normalmente siempre buscan alguna excusa para justificar el despropósito. En el caso de este enorme TV de plasma lo justifican, entre otras cosas, diciendo que le han puesto un brazo robótico. En realidad, los equipos de la familia BeoVision 4 incluyen un brazo equipado con una cámara que graba la imagen en pantalla, registrando su temperatura de color y corrigiendo la pérdida de calidad debida al uso del panel. Con todas estas explicaciones luego te dicen el precio: el modelo de 65 pulgadas cuesta nada menos que 15.750 euros, y llegará a España a finales de marzo.
Este curioso sistema se llama Automatic Colour Management (ACM). El brazo está colocado tras el marco de aluminio de estas TVs, que tienen un diseño bastante impactante, todo hay que decirlo. Cada 100 horas de uso, o cuando el usuario lo desee, el brazo surgirá para hacer un barrido por toda la pantalla y realizar su trabajo. Su misión es combatir la pérdida de fósforo y, por tanto, alargar la vida del plasma.
Aparte de esto, las pantallas son de resolución Full HD (1080 líneas verticales en exploración progresiva) y poseen un diseño elegante y estilizado, con la posiblidad de complementarlo con el altavoz BeoLab 10. Es ese triángulo que hay justo debajo de la pantalla, una caja acústica de diseño que dispersa el sonido en un ángulo de 180 grados, y que podemos usar para el canal central de nuestro sistema de sonido envolvente.
En resumidas cuentas, una TV con las mismas características que otras pantallas de plasma del mismo tamaño, pero al doble de precio (en 65 pulgadas, los precios de otras firmas se mueven cerca de los 8.000 ó 9.000 euros). En Bang & Olufsen justifican esta diferencia con dos argumentos: el buen diseño y el citado sistema con brazo robótico para prevenir el deterioro. ¿Serán excusas suficientes para aquellos que buscan una gran pantalla de plasma para el salón?
