El robot Keepon es muy bailón e interactivo. Pero lo único que hace es eso: bailar. En cambio, el pollito robótico de ThinkGeek se comporta un poco más como una mascota: pía y mueve sus alitas cuando lo tocamos y acariciamos. Y si no le hacemos caso, se pone a llorar. Eso sí, a diferencia de una mascota de carne y hueso, podemos apagarlo cuando queramos.
Este juguete fabricado en Japón tiene un aspecto muy real, hasta el punto de que otras mascotas domésticas, como el perro y el loro de las fotos superiores, pueden llegar a confundirlo con un animal de verdad en sus primeros encuentros. Mide 8 cm de altura, funciona con tres pilas de botón y viene con su propio nido, con un precio de 30 dólares (unos 21 euros al cambio actual).
Vía: ThinkGeek