Los ya finalizados Juegos Olímpicos pasarán a la historia no sólo por los records mundiales conseguidos por sus competidores, sino por el despliegue de medios tecnológicos empleados por China. Y es que a los telespectadores de todo el mundo nos será difícil olvidar imágenes tan impresionantes como las del Nido de Pájaros y el Cubo de Agua (Water Cube) donde tuvieron lugar las principales competiciones de deportes acuáticos. Un edificio nada convencional que, gracias a su fabricación mediante una estructura de acero y paneles de polímero transparente, simulaba una formación aleatoria de burbujas de jabón que envolvían el ambiente y hacían sentir al espectador como si se encontrase dentro del agua.
Un pabellón de natación totalmente atípico y espectacular que cubre un área de 70.000 metros cuadrados, una capacidad para 17.000 espectadores y un costo de construcción superior a los 100 millones de dólares.
Todo ello gracias al proyecto de los arquitectos australianos PTW que decidieron construir un edificio con una doble cubierta de 3.000 membranas de tetrafluoroetileno (ETFE o resina de flúor) que son las culpables de esa sensación de envoltura acúatica.
El EFTE del Water Cube es el mismo material plástico que recubre el estadio Allianz Arena, donde se inauguró el Mundial de Futbol Alemania 2006. Aquí es utilizado como paneles de forma irregular delimitados por marcos de acero, que cubren una superficie total de más de 100.000 metros cuadrados. Además, el EFTE es traslúcido y permitir la entrada generosa de luz natural, lo que ayuda a los sistemas de calefacción natural del Centro Nacional de Natación para mantener sus cinco piscinas a la temperatura adecuada.
Y es que el Water Cube es también un edificio ecológico. Además de la calefacción natural está provisto de sistemas de recolección de agua de lluvia y un doble sistema de filtrado para hacer circular el agua de las albercas y así optimizar su reciclado.
La peculiar estructura del Watercube está basada en un concepto desarrollado por profesores de física del Trinity College de Dublín preocupados más por adaptarse a las condiciones sísmicas de Beijing que por la belleza del edificio en sí. Aunque consiguieron un pabellón de los más coqueto. Todo hay que decirlo.
Está previsto que tras los Juegos Olímpicos, el Water Cube se convierta en un centro acuático recreativo, al que se le añadirá un gimnasio, una pista de hielo y un conjunto cinematográfico. Suponemos que el Gobierno Chino cumplirá con esta previsión. Sería una auténtica lástima condenar a una joya arquitectónica de este calibre al ostracismo del olvido.
Vía: Techeblog