Ya seas un negado o negada en redes sociales y te cueste la vida crear contenido en vídeo, o simplemente no tengas tiempo para dedicarle a tus cuentas, hay una nueva Inteligencia Artificial dispuesta a ayudarte. Ideal para el marketing digital, los pequeños negocios o simplemente para crear contenido rápidamente. Se llama Fliki y es capaz de crear vídeos a partir de artículos de páginas web o de un sencillo guion que nosotros escribamos. De las imágenes, el montaje y el exportado se encarga la web automáticamente.
Se trata de un servicio gratuito que también cuenta con vertientes de pago según los recursos y funciones extra que queramos aprovechar (más calidad de vídeo, más longitud de tiempo, etc.). La clave es que facilita la creación de contenidos en vídeo aportando desde artículos de un blog, tweets o un texto que escribamos libremente. Casi automáticamente, Fliki genera imágenes o las selecciona de bancos donde no se atenta contra ningún derecho de propiedad. Tras ello, permite editar todo tipo de detalles del vídeo: desde las imágenes escogidas, hasta la posibilidad de añadir subtítulos al vídeo resultante, elegir la voz que lo locuta, escoger entre diferentes énfasis y pausas en la narración, etc. El resultado lo exportas en calidad HD, más que suficiente para publicar como reels o vídeo de TikTok, y listo.
Cómo usar Fliki para crear vídeos a partir de textos
Lo primero que hay que hacer es acceder a su página web y registrarse como nuevo usuario. Puedes usar tu cuenta de Google, de Facebook, de LinkedIn o incluso un correo electrónico para hacerlo. Como te decíamos, puedes usar esta herramienta gratis. Al menos por el momento.
Después pulsa en el botón New File, arriba a la derecha, y dale un nombre al proyecto que vas a comenzar. Al pulsar en el botón Create empieza lo divertido.
Desde este punto podemos empezar a crear todo el contenido. O lo que es mejor, aprovechar otros contenidos ya creados para transformarlos en un vídeo. Si queremos hacerlo por nuestra propia cuenta, escogiendo el texto que se va a locutar, solo tenemos que ir escribiendo en la parte izquierda de la pantalla. Intenta que los textos sean de dos a tres frases por cada diapositiva o clip de vídeo. Ve pulsando en el botón + para crear las diferentes partes poco a poco.
En cambio, si queremos usar el texto de un artículo o incluso de un tweet de Twitter, solo tenemos que pulsar en el botón Import y escoger una de estas dos opciones. Después pegamos el enlace al artículo o tweet y confirmamos. Eso sí, en nuestras pruebas no ha servido con los hilos de Twitter, tan solo para un único tweet. Y en el caso de los posts o artículos de blogs, parece que existen bastantes incompatibilidades. La mejor manera de resolverlo es copiar el texto y pegarlo directamente en la interfaz de Fliki. Un párrafo por apartado para que no se condense demasiado.
Y ahora toca detallar todo lo demás. Aunque Fliki automatiza muchos procesos, tendremos que escoger detalles para que todo quede a nuestro gusto o de forma más natural. Entre estas cosas está la voz que locuta el vídeo. Pulsa sobre el nombre de la izquierda para acceder a todas las opciones: debes escoger el idioma, el dialecto, el género y el estilo. En español la variedad es bastante amplia entre voces femeninas y masculinas. Eso sí, aunque son bastante realistas algunas tienen un deje robótico que recuerda a las traducciones de Google Translator. Pero resuelve bastante bien en la mayoría de casos.
Tras ello es el turno de la parte visual. Aquí, si pegamos un tweet, Fliki crea la escena automáticamente con una imagen de fondo y el tweet seleccionado, animando las palabras según van leyéndose. Pero no sucede si ponemos el texto a pelo. Así que hay que hacer click en el icono de la imagen y seleccionar qué queremos poner. Para ello Fliki nos propone tres colecciones: vídeos e imágenes de stock, imágenes creadas por Inteligencia Artificial (con una descripción que le demos), o una biblioteca propia donde cargar contenido que tengamos en nuestro ordenador. Con ello solo hay que usar los buscadores para encontrar contenido relacionado y seleccionarlo. Así con cada párrafo.
Como ves, el proceso puede complicarse todo lo que necesites o quieras. Incluso puedes pulsar sobre palabras concretas para establecer énfasis, pausar la locución o cambiar la duración de cada diapositiva.
Cuando tengas todo a tu gusto solo queda pulsar en el botón Export. Antes, puedes ver el resultado con el botón Play, echando un vistazo a la previsualización de los vídeos, la locución y el conjunto que has creado en unos cuantos pasos. En el modelo gratuito el vídeo se exporta en calidad HD de 720 píxeles. Ideal para redes sociales.
Cuidado con los créditos de Fliki
Eso sí, la herramienta, en su modelo gratuito, funciona con créditos. Estos se consumen según los contenidos que procesas, algo que limita el uso de esta Inteligencia Artificial. Puedes prever el resultado, pero solo puedes cambiar textos o introducir vídeos de manera limitada. Algo que acorta mucho la experiencia de uso en su modelo gratuito. Y es que solo ofrecen 5 créditos gratuitos al mes.
Y es que parece que el futuro cercano de las Inteligencias Artificiales pasan por los sistemas limitados y de pago. Otras como Vana, que genera imágenes a partir de tus fotos, pronto ha empezado a exigir pagos y limitar su uso gratuito. Es lógico puesto que necesita potencia de procesamiento que no puede ofrecer libremente a todos los usuarios que llegan a probarlo.
Lo que queda claro es que las Inteligencias Artificiales llegan como una herramienta más para la creación de contenidos. Quizá no están tan avanzadas como para sustituir trabajos de personas, pero parecen empezar a prestarse como útiles ayudas para agilizar procesos, evitar programas más manuales y ayudar a quienes no cuentan con todos los conocimientos necesarios. Fliki es un buen ejemplo de ello, sin automatizar aún del todo la creación de contenidos y con problemas de diseño. Pero con un gran potencial para quienes tienen que encargarse, por ejemplo, de sus redes sociales.