Lost Judgment para PS5: una joya de juego que te atrapa poco a poco

Si tuvieras que hablar de los grandes lanzamientos para consola, probablemente nunca nombrarías a Lost Jugdment. Pero este juego es uno de los que te conquistan poco a poco, bocado a bocado, desde una puesta en escena que quizás te eche para atrás por su marcado carácter japonés (sobre todo si no estás acostumbrado a esta forma de hacer juegos), a una trama que se va complicando y un mundo de posibilidades por descubrir. En Lost Judgment te pones en la piel de un detective que tiene que investigar la muerte de un profesor en extrañas circunstancias. Pero no solo es detective: también es un maestro de artes marciales que encuentra cualquier excusa para dar una paliza a pandilleros en la calle, un abogado, o incluso un creador de pócimas de todo tipo… Y todo ello en una ciudad que te permite desarrollar a tu personaje siguiendo la historia principal o entretenerte con misiones secundarias sin necesidad de seguir una línea directa. Algunas de ellas, eso es cierto, no tienen la misma calidad, pero en general tienen interés y entretienen. Y todo ello con la posibilidad de dar una vuelta por el pasado jugando dentro de recreativas, con juegos sencillos como uno de peleas en el que participa el mítico erizo Sonic.

Nombre: Lost Judgment

Plataforma: PS5 / PS4 / Xbox Series

Tipo: Investigación / Pelea / Aventura

Público: Adulto

Multijugador en local: No

Juego online: No

Precio: 30 euros

Un juego que puede abrumar al principio

Si no estás acostumbrado al rollo japonés de juegos de RPG, el principio de Lost Judgment puede resultarte pesado. Diálogos infinitos, retos que no terminan de convencer y una cierta exageración a la hora de las peleas que parece más propia de Dragon Ball que de un juego adulto. Pero según te vas adentrando en el juego y dándole tiempo empiezas a encontrarte con una historia muy seria que abarca temas tan complejos como el bullying, el acoso sexual o las mafias callejeras. Y lo hace con profundidad y crudeza, sin poner paños calientes. A veces incluso te enfrenta a situaciones que no tienen una sola lectura y en las que vas tomando partido. ¿Está legitimada la venganza cuando no se ha hecho justicia? ¿Es preferible hacer lo correcto y sufrir el escarnio social o callarte y mantener tu status?

En sí, el juego tiene mecánicas que son sencillas de entender, pero hay que familiarizarte con ellas. En las peleas tienes multitud de combos para derrotar a tus enemigos y golpes especiales que se cargan cuantos más puñetazos y patadas realices. Además, puedes ir aprendiendo nuevos golpes de varios estilos de pelea. Por cierto, al crecer con las pelis de Jackie Chan me declaro fan de una habilidad que te permite usar el estilo borracho para esquivar a tus oponentes cuando estás ebrio y golpearlos de vuelta.

Son estos pequeños detalles los que te van enamorando de Lost Judgment. El entorno de la ciudad está muy conseguido, aunque en mi opinión hay demasiadas bandas callejeras con las que pegarte en cada esquina –parece peor que Ciudad Juárez–. Te puedes mover a pie o en patinete para ir más rápido. O en taxi, para llegar antes a las zonas que buscas, aunque lo cierto es que el mapa no es tan grande como para resultar pesado ir de un lado a otro.

Otra mecánica que me ha gustado mucho es la que toma comentarios de redes sociales para descubrir asuntos que investigar. Puedes localizar esos comentarios y descubrir las zonas en las que se producen misterios que a veces tienen un punto cómico, como un hombre araña que escala edificios para… Bien, eso tendrás que descubrirlo si juegas a Lost Judgment. Pero esa misma amplitud en las opciones hace que a veces haya puntos que no terminan de estar pulidos del todo. Por ejemplo, en el tema de las misiones de sigilo, a menudo no termina de captarte bien en los movimientos y hay situaciones y animaciones que te rompen un poco. Me he visto en la papeleta de tener que pasar de puntillas por una habitación en la que había un enemigo y al ir a abrir la puerta de salida ver una animación en la que me pongo de pie y abro la puerta con toda la tranquilidad y el ruido que te puedas imaginar.

Otro pero que le puedes encontrar a este juego son los diálogos. A veces son profundos y merecen la pena pero por lo general hay un exceso de verborrea en cosas que no lo merecen. Por ejemplo, hay momentos en los que tienes que interrogar a gente después de que ya haya compartido toda la información… Y esas preguntas solo repiten lo que se ha hablado. Y, de hecho, tienes que pasar por todas ellas antes de poder seguir tu camino. Y en las misiones secundarias hay veces que empiezas a darle a la X para pasar las frases lo más rápido posible y más de una vez me he perdido alguna información que era interesante.

Con todo esto, Lost Judgment te abre un universo muy vasto de opciones para entretenerte, investigar o convertirte en un maestro del kung-fu. Incluso tienes un circuito futurista en el que tienes que lanzar los dados y avanzar mientras haces una serie de retos para vencer a un rival. Y si vences consigues habilidades extra para tu personaje. O, mi favorita, una misión en la que tienes que hacerte amigo de unos gatos y conseguir «gatularidad» para que te lleven a un puesto de ramen fantasma. Ojo, llamándoles por sus nombres para que no se enfaden contigo. Así es Lost Judgment.