Además de fabricar instrumentos musicales, Yamaha es conocida por sus motos pero también por sus electrónicas. En su catálogo tiene aparatos de todo tipo, desde amplificadores, tocadiscos, reproductores CD etcétera. Y también abarca todas las gamas, desde lo más económico hasta modelos exclusivos para los aficionados más puristas. Ahora Yamaha acaba de renovar toda su gama de amplificadores de alta fidelidad, en la gama alta. Son los modelos Yamaha A-S1200, A-S2200 y A-S3200, que solo tienen por encima los previo y etapa separados de la gama 5000. Sus precios respectivos son de 2.000 euros (modelo A-S1200), 3.000 euros (A-S2200) y 5.500 euros (A-S3200).
Integrados clásicos
Un aspecto distintivo de estos nuevos amplificadores Yamaha es su diseño algo retro con visibles vúmetros frontales. Estos, iluminados por una luz amarillenta, han marcado los integrados Yamaha de gama alta durante los últimos tiempos. El frontal y botones están disponibles en color plata o negro (y el fondo de los vúmetros va a juego).
Los nuevos amplificadores integrados de Yamaha son una mejora de los modelos anteriores, con idéntica denominación pero una serie menos (1100, 2100, 3100). Se ha aumentado su rigidez estructural, con los pies soldados al chasis al que se atornillan el transformador de alimentación y los disipadores de calor o los condensadores principales. Todo forma un bloque sólido.
Hasta 170 W continuos
Las cifras de potencia de estos amplificadores no son de muchos dígitos porque aquí se trata más de calidad que de cantidad. De hecho no hay gran diferencia entre ellos pese al precio: hasta 160 vatios continuos sin distorsión pueden dar los dos modelos A-S1200 y A-S2200, y 170 W en el caso del A-S3200. Esto, alimentando cajas de 4 ohmios («duras») y sin disparar la distorsión. La potencia nominal es de 90 W en los primeros y 100 W en el tercero.
Lo que distingue al modelo superior es el uso de materiales y componentes de mayor calidad. El cableado interior es OFC, los conectores traseros son mejores (en particular los de los cables de altavoces). Las fotos del interior de los aparatos desvelan claramente la preocupación de Yamaha para que sus circuitos sean limpios y simétricos. De esta forma se aseguran que los ruidos internos de unos circuitos no interfieran en otros y que el sonido final sea más claro, transparente y enérgico.
Conexiones clásicas
Estos amplificadores pueden protagonizar el equipo de sonido del aficionado más exigente según su nivel de presupuesto. Los tres modelos disponen de diferentes entradas para todo tipo de fuentes incluido tocadiscos, pero ninguna digital curiosamente. La fuente digital tendrá que ir por su lado, para evitar interferencias con la circuitería analógica. Los modelos superiores, con diseño interno más elaborado, tienen entradas de tipo profesional balanceadas como factor diferenciador. Todos permiten la conexión directa desde un previo o control de volumen externo hacia su amplificación interna, cosa muy útil por ejemplo en equipos de cine en casa. O, al revés, usarlos como preamplificadores con otra etapa externa, de ayuda a la interna (biamplificación).
Nuestra experiencia con los amplificadores HiFi de Yamaha siempre ha sido sobresaliente. Además de su estética «purista», muy japonesa, su sonido no defrauda y el tacto de sus mandos es suave y lujoso. Estos modelos están ya disponibles en el mercado español.