¿Tienes problemas para utilizar tus mandos de juego con Steam? Te explicamos los consejos más útiles que puedes usar para tratar de solucionar los problemas de funcionamiento de tus mandos en el PC. Hace poco publicamos un artículo sobre cómo usar todos los mandos de consolas en PC, no pierdas las oportunidad de echarle un vistazo.
Prueba tanto con conexión inalámbrica como por cable
Puede haber errores en el software, especialmente con el cliente beta, que pueden ser específicos de cualquiera de los dos métodos de conexión de los mandos.
Esto también solucionará el problema si tu cable USB está defectuoso, o tu receptor inalámbrico está defectuoso o dañado por alguna razón. Se trata de una de las técnicas básicas de solución de problemas más importantes.
Comprueba que no haya mandos fantasma
Los controladores o mandos fantasma aparecen en algunas ocasiones, lo que puede interferir en su normal funcionamiento. Este problema puede afectarte especialmente si utilizas la función de suspensión del ordenador o portátil.
Esto sucede porque, cuando tu ordenador se pone en modo de suspensión mientras el mando está encendido y conectado, Steam tiene la tendencia a dejar el controlador allí, y luego añadir otro mando cuando tu PC se reanuda. El problema es que esto puede confundir a Steam, impidiendo que el mando funcione correctamente.
Primero, necesitamos abrir Steam Big Picture y entrar en el menú de opciones. Desde aquí tenemos que seleccionar la opción de gestionar los mandos.
La única manera de deshacerse de estos sin levantarse y quitar el receptor es reiniciar el PC, algo que por comodidad Valve permite hacer desde Big Picture.
Cambia el receptor inalámbrico a otro puerto USB
Mueve el receptor inalámbrico de tu mando a otro puerto USB del ordenador. Esto obligará a Windows a detectar el mando de nuevo. También existe la posibilidad de que tengas un puerto USB que no pueda suministrar suficiente energía, especialmente con los puertos USB frontales de las cajas de PC, o los que están en un hub.
También es posible que tengas problemas con algunos puertos, si tu placa base usa un controlador diferente para algunos puertos USB. Específicamente, deberías tratar de evitar los puertos USB 3.0, ya que pueden tener más fugas de interferencia electromagnética que un puerto USB 2.0.
Realiza una calibración del mando
Una característica que muy a menudo se pasa por alto, es la calibración de los mandos de juego. La mayoría de los usuarios, si lo hacen, lo ejecutarán una vez cuando obtengan su nuevo mando y nunca más.
Windows 10 incluye una herramienta de calibración de mandos. Lo que hace esta opción es poner a cero la posición de «descanso» de todos los controles, incluyendo las palancas analógicas, los gatillos, los giroscopios y todos los botones.
Para realizar una calibración de tu mando, necesitas acceder a la sección “Configurar dispositivos de juego USB” del panel de control de Windows 10. Una vez seleccionado el controlador deseado, verás en la parte inferior derecha de la pantalla un botón para calibrar.
Tras realizar la calibración, es recomendable que compruebes que todo funciona correctamente.
Cierra todo el software innecesario
Algunos mandos del mercado vienen con su propio software de configuración, que puede tener incompatibilidades con algunas aplicaciones de tu PC, lo que puede interferir con su funcionamiento.
Esto se aplica más a cualquier software que gestione controles. Cualquier cosa que venga con el teclado o el ratón o cualquier otro controlador, debe cerrarse mientras se realizan estos consejos para la resolución de problemas.
