Si en verano regresas al pueblo – o si vives en uno de ellos – sabrás que un bulo suele propagarse a la velocidad de la luz. Aunque nosotros ya lo sabíamos, ahora la ciencia ha querido demostrarlo.
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Indiana publicado en Nature Communications concluye de manera dramática que los bots de Twitter consiguen difundir noticias falsas en tan solo diez segundos.
Los mensajes que se examinaron fueron los publicados entre mayo de 2016 y mayo de 2017. Un total de 14.000 millones de tuits, vinculados a las primarias presidenciales y a la llegada a la Casablanca de Donald Trump. Otro detalle llamativo tiene que ver con el hecho de que tan solo el 6% de las cuentas de Twitter identificadas como bots fueron las responsables de difundir noticias falsas o de escasa credibilidad.
¿Por qué es tan fácil que un bot difunda un bulo?
El coautor del estudio, Filippo Menczer, atribuye el éxito de los bots a la hora de difundir informaciones falsas a la tendencia que tenemos los humanos a prestar más atención a las cosas que parecen más populares.
¿Qué hacen los bots? Pues aprovecharse de ello, para generar publicaciones que tengan apariencia de populares y que por lo tanto, parezcan más creíbles. Es así como se consigue que la gente de verdad termine reenviando ese tipo de mensajes.
En realidad, los resultados del estudio coinciden con otros que ya publicó el MIT en marzo de 2018 y que nos hablan sobre la velocidad, el alcance y la profundidad de los bulos que circulan a través de Twitter. En esa ocasión se analizaron 126.000 publicaciones realizadas por tres millones de personas.
El resultado en esa ocasión también fue claro. Una historia falsa puede llegar en menos de 10 horas a 1.500 usuarios en Twitter. Una historia real tarda alrededor de 60.
Aun así, cuando hablamos de bots, la velocidad a la que transmiten noticias falsas o verdaderas es prácticamente la misma. Lo que ocurre aquí es que el factor humano tiene un papel mucho más relevante en la difusión de noticias falsas.
En este sentido, los responsables de este estudio señalan que los bots se centran en conectar con usuarios influyentes (influencers) para que así parezca que esa historia es relevante. Han bautizado este fenómeno como el paradigma del tonto útil.
