5 claves que debes conocer antes de comprar un juguete conectado a tu hijo

Con la Navidad a la vuelta de la esquina, somos muchos los padres que ya andamos echando un vistazo a los catálogos, haciendo comparativas y viendo en qué tiendas pueden salirnos más económicos los regalos de Navidad para los peques.

Miramos muchí­simas cosas, pero a veces, empujados por el torbellino de emociones de la Navidad, compramos sin saber si los juguetes que estamos adquiriendo son del todo seguros. En los últimos tiempos se habla muchí­simo sobre las casas inteligentes y los objetos conectados.

Pero, ¿qué hay de los juguetes conectados? Desde hace unos años se están haciendo un hueco importante en los catálogos juguetes. ¿Te has preguntado alguna vez si son del todo seguros? Hace apenas unas semanas, te contamos que Mattel habí­a cancelado su vigilabebés multifunción por cuestiones de privacidad.

Hoy asomamos la cabeza al mundo del juguete conectado. Estas son las 5 claves que debes conocer antes de comprar uno.

juguetes conectados

Aristotle, el vigilabebés multifunción que canceló Mattel

1. ¿Es un juguete normativo?

Lo primero que hay que hacer antes de comprar un juguete es asegurarse de que cumple con la normativa vigente. Es normal que movidos por el impulso, cojamos el juguete de la estanterí­a de la tienda sin pensar demasiado. Más allá de que nuestro hijo estará encantado con el juguete.

Con la proliferación de juguetes hechos en el mercado asiático, no serí­a extraño que nos colaran un producto no normativo. Para asegurarnos de que todo está en orden, hay que fijarse en que todos los juguetes tienen que llevar el sí­mbolo «CE», tanto en el propio juguete como en el envase y las instrucciones. Esto nos da la garantí­a de que este ha pasado todos los controles de seguridad y que no es peligroso para menores.

El juguete también tiene que incluir información sobre el fabricante o marca que comercializa el producto. También advertencias de seguridad e instrucciones, que por cierto tienen que estar escritas, al menos, en castellano.

2. Están conectados a Internet

Superado el primer estadio de comprobación y seguridad, hay que tener en cuenta otras cuestiones. Como por ejemplo, el hecho de que el juguete que acabas de adquirir está conectado a Internet. La red es una ventana al mundo y como tal, cabe la posibilidad de que se nos cuele algún intruso.

Todos los sistemas operativos tienen vulnerabilidades, así­ que en caso de ser grave, la conexión a Internet podrí­a convertirse en un camino abonado para la entrada de criminales sedientos de información í­ntima y personal. En cualquier caso, recuerda que cualquier aparato conectado a Internet es susceptible de ser hackeado.

3. Cualquiera podrí­a llegar a hacerse con el control del juguete

Antes esto podrí­a haber sido clasificado como misterio. Hoy ya no. En la era de los juguetes conectados, cualquiera puede llegar a hacerse con el control de un juguete. Como te hemos comentado, cualquier objeto que esté conectado a la red puede ser ví­ctima de un ataque externo.

En este caso, todo es más peligroso, porque las ví­ctimas del ataque son los niños. Y ellos son mucho más vulnerables. De ahí­ que sea tan importante que como padres seamos conscientes del funcionamiento de estos juguetes y de los peligros que pueden entrañar. Una de las primeras medidas a tomar es la de modificar las contraseñas que vienen por defecto, cambiándolas por otras de más seguras.

recopilar información

4. Pueden recopilar información de los niños

La Barbie Hello, una muñeca que puede hablar con los niños, fue protagonista no hace mucho de una polémica muy sonada. Parece ser que su fabricante, Mattel, guardaba en sus servidores las conversaciones que los niños mantení­an con la muñeca. La marca tuvo que salir al paso del escándalo con un comunicado, reconociendo que las conversaciones se guardaban, pero que solo se usaban para mejorar la muñeca.

Sea o no sea verdad, los niños pueden haber revelado informaciones sumamente í­ntimas, que pertenecen de manera exclusiva al ámbito familiar. Y que ahí­ deben quedarse. Pero este no ha sido el único caso. La firma de juguetes VTech sufrió un ataque que permitió a los ciberdelincuentes quedarse con los datos de millones de niños de todo el mundo.

5. Ojo con los permisos

Puede que ya sea demasiado tarde. Que hayas comprado el juguete conectado – ese que tu hijo ha pedido hasta la saciedad – y luego te des cuenta de que para poder usarlo, el juguete exige unos permisos que debes aceptar. Lo más probable es que se trate de una petición para recolectar datos, con el objetivo de mejorar – según la marca – el juguete y su funcionamiento.

Habitualmente, los fabricantes de juguetes encargan a otras empresas la gestión de estos datos (Barbie es un buen ejemplo de ello) y estas pueden pedirte permiso para hacer múltiples cosas con ellos. Usarlos, almacenarlos, procesarlos, convertirlos, transcribirlos, analizarlos o revisarlos, incluso para otros fines de investigación y desarrollo y análisis de datos.

Al final puede que las conversaciones í­ntimas de tus hijos con sus juguetes sean de utilidad para las marcas. Ya sea para venderlas y proporcionar anuncios a medida o para crear otros juguetes que ni tan siquiera comprarás. En tus manos está el poder evitarlo.

Cosas que puedes y debes hacer para proteger a tus hijos

 

Para proteger a tus hijos de las conductas abusivas de algunos fabricantes con respecto a los juguetes conectados, te recomendamos lo siguiente:

  • Revisa siempre las etiquetas del juguete y realiza todas las consultas necesarias a través de Internet antes de hacer cualquier compra.
  • Compra solo juguetes de fabricantes reconocidos e identificados (en la caja e instrucciones del juguete deben figurar los datos de contacto de la marca).
  • Cambia las contraseñas de acceso a las distintas opciones del juguete para que no sean las del fábrica. Elige una que sea segura.
  • Actualiza de manera periódica el software del juguete. Es una buena manera de asegurarte de que cuenta con las últimas protecciones necesarias.
  • Controla la actividad de los niños: revisa los chats y los nuevos amigos que haya hecho. Es importante, además, que limites el tiempo de uso de los juguetes y que cuando los estén usando, se encuentren en un espacio común, cerca de los adultos.
  • Protege los sistemas de pago. No es extraño que este tipo de juegos admitan compras extra de nuevos elementos u accesorios. Protege las compras integradas para evitar que te lleguen facturas inesperadas.

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