¿Alguna vez te has preguntado cómo sería volar al espacio en un avión comercial? DARPA, la agencia de proyectos de tecnología avanzada del Departamento de Defensa de los Estados Unidos, llevaba tiempo buscando un socio para desarrollar su proyecto XS-1. Por si no lo sabéis, consiste en la fabricación de un híbrido entre un avión común y un cohete espacial. No tendrá que buscar más. La agencia ha elegido a Boeing para ello. Esta compañía acumula una serie de proyectos espaciales que van más allá de los aviones comerciales. Por lo que es la candidata perfecta.
El programa XS-1 está actualmente en la primera fase. En este punto es necesario decidir el diseño final para que cuando se termine pueda pasarse a la parte de la fabricación (que sería la segunda fase del proyecto) y a la de los vuelos (fase tres). Aunque por ahora no se conocen las dimensiones y los detalles técnicos del avión, se espera que sea un avión espacial reutilizable y autónomo. Tendría un tamaño similar al de un avión comercial, despegaría en vertical y sería capaz de volar a velocidades hipersónicas. Como requisito para el despegue, tendría que ser capaz de hacerlo con sus propios propulsores criogénicos integrados, sin recurrir a externos. El aterrizaje sería en horizontal, igual que un avión al uso.
Vuelos previstos en dos años
Uno de los principales objetivos de este avión espacial es que sea lo más barato posible. Lo que se busca es que colocar un satélite en órbita no lleve meses o años de preparación. Que sea una cuestión de días. Tal y como explica el comunicado oficial, DARPA y Boing tendrían previstas sesiones de pruebas de diez días en la que se realizarían diez vuelos, con fecha aproximada para 2019. De llevarse a cabo con éxito, se pasaría a la fase 3, que incluye entre 12 y 15 vuelos de prueba. La meta es que el XS-1 sea capaz de volar diez veces en diez días consecutivos. Pasando de ir sin carga y a Mach 5, a cargas de entre 400 y 1.400 kilogramos a Mach 10 en vuelos orbitales bajos.