Las medidas de seguridad se están extremando en Europa. La retahíla de atentados que se han ido produciendo desde hace más de un año están teniendo consecuencias. Y esto se nota en las políticas de seguridad que los gobiernos aplican en las ciudades. Sobre todo cuando se celebran eventos masivos.
En las grandes ciudades ya hay protocolos de seguridad complementarios. No en vano, el nivel de alerta terrorista es uno de los más elevados que hemos podido observar en las últimas décadas. Ahora las autoridades tienen un objetivo próximo. Y es el partido de la final de la UEFA Champions League.
El evento tendrá lugar en Cardiff el próximo 3 de junio. Y formará parte de un nuevo experimento de seguridad.
Según ha trascendido, las autoridades competentes tiene previsto hacer una ronda de reconocimiento extraordinaria. La policía escaneará las caras de los más de 170.000 visitantes que acudirán al partido.
Se espera que tanto las personas que accederán al recinto, como aquellas que estén por los alrededores del estadio, sean registrados. El objetivo de la policía es el de encontrar personas que puedan generar problemas, atentados y demás episodios conflictivos.
De ahí que vaya a comparar los rostros de los casi 200.000 asistentes que se esperan con un total de 500.000 caras registradas. No vaya a ser que alguna de ellas coincida con alguien que pueda provocar algún tipo de altercado.
Ahí estarán, se supone las caras de terroristas o sospechosos fichados, pero también las de aquellos hooligans que habitualmente hayan generado problemas en los estadios. O incluso fuera de ellos. En cuanto sean localizados, si se da el caso, verán vetada la entrada o incluso podrán ser detenidos.
La policía escaneará las caras, ¿qué almacenarán?
Según el jefe de vigilancia a través de cámaras del Reino Unido, Tony Porter, la policía de Gales del Sur tendrá que cumplir con la legislación nacional. Parece ser que la policía solo recolectará la información que necesita y que habrá transparencia con respecto a los datos que se almacenen.
Lamentablemente, algunos medios apuntan a que ya existen casos de equipos policiales que siguen guardando los rostros de personas inocentes, que poco o nada tienen que ver con el mundo del crimen o la delincuencia.
Existen dudas, en este sentido, de hasta qué punto será almacenada esta información y durante cuánto tiempo.
¿Funcionará realmente bien esta tecnología?
Al mismo tiempo, existe otra preocupación. ¿Funcionará realmente bien esta tecnología? En principio, la captura de estos rostros se realiza de forma general, y no persona por persona. De hecho, capturar la cara de todos y cada uno de los visitantes que acudirán al estadio puede ser un proceso francamente lento.
Y es que no solo se trata de hacer la fotografía de un rostro. Después hay que compararlo con los cientos de miles de caras que la policía ya tienen almacenadas en su base de datos de sospechosos.
De este modo, parece que las capturas que se realizan a lo grande (de una estación de trenes en la que transita mucha gente o en las inmediaciones de un estadio de fútbol abarrotado) no suelen ser demasiado buenas.
Los últimos experimentos realizados en Londres, en una fiesta de carnaval, no dieron los resultados esperados. Habrá que ver, ahora, si el despliegue de estas tecnologías de reconocimiento facial termina siendo exitosa. O si, en lugar de todo eso, supone un auténtico despercidio de dinero y medios.