La compra por Internet es ya una acción de lo más habitual en nuestro país. Desde billetes a artículos de segunda mano, todo se puede hacer fácilmente online. Por ello, es muy normal hacerse la pregunta: ¿Es seguro este tipo de comercio?
Por lo general, sí. Sin embargo, existen las estafas. Son casos en los que algunas páginas nos tratarán de vender productos falsos, o simplemente no venden nada y buscan quedarse con el dinero. Para que desarrolléis el instinto a la hora de descubrir estos fraudes, aquí os dejamos siete pistas.
Precios demasiado bajos por productos de mucho nivel
Que no te cuenten milongas. Se use el argumento que se use, es muy difícil que un iPhone 7 cueste 200 euros. O unos zapatos Louboutin 100 euros. Las empresas quieren sacar beneficio de sus productos, y no van a venderlo por tan poco pudiendo venderlo por más. En estos casos, muy posiblemente estés ante una estafa, probablemente una imitación.
Tiempo límite para hacer la compra
En algunas compras, puede aparecerte una cuenta atrás con tiempo en el que la compra estará disponible. Esto no es un indicativo necesario de que la venta sea un fraude, pero sí hay que tenerlo en cuenta. Sobre todo si es un margen de tiempo muy corto. Puede deberse a que les interesa recaudar lo máximo para después cerrar la página y desaparecer con el dinero.
Dinero por adelantado
Cualquier tipo de pago por adelantado por acceder a una sección de la tienda, así como tener que incluir datos personales como la cuenta corriente o la tarjeta de crédito son mala señal. Pedir dinero para hacer reservas también es un síntoma de que algo no funciona como debería.
Avisos de certificado de seguridad
Fíate de tu navegador. Si encuentras una página de ofertas por Google y cuando vas a clickar, te aparecen avisos de que el sitio no parece seguro, sigue el consejo. Es cierto que a veces se equivocan, pero para estos casos, mejor prevenir que curar. Busca otra página donde no recibas ningún aviso extraño. Huele a estafa.
Pagos internacionales
Cuando se nos piden que hagamos transferencias a través de herramientas como Western Union o MoneyGram, es un indicativo de problemas. Lo recomendable es que se utilicen herramientas de pago online como Paypal. Si se hacen pagos con tarjeta, que sean a través de un servidor conocido. Lo demás implica aceptar riesgos innecesarios.
Falta de fotos que muestren el producto
Cuando queremos comprar un producto, pero en la web no se nos muestran más que imagenes promocionales o poco definidas, puede ser que se trate de una estafa. Ya sea una falsificación, o simplemente un producto inexistente. Intenta comprar siempre en sitios donde se visualice bien el producto exacto que vas a comprar.
Traducciones extrañas en el sitio web
La intuición no suele fallar tampoco en estos casos. Si encontramos una web con un diseño demasiado poco trabajado, y con textos mal traducidos, pueden encenderse las alarmas. Frases que no concuerdan, mensajes excesivamente simplistas y publicitarios (algo como «compre esto muy barato no se arrepentirá»), deberían levantar tus sospechas. Mejor cerrar la pestaña.
Teniendo en cuenta estos aspectos, evitarás sin problema las estafas online. En general se trata de usar el sentido común y no creer que hemos descubierto la página de gangas que nadie conoce. Casi siempre hay trampa donde todo parece muy rápido y sencillo.
En las situaciones en que no estés seguro, siempre es mejor dejarlo estar. Infórmate de la tienda por Internet, o pregunta en algún foro, y después, cuando estés seguro, realiza la compra. No vale la pena meterse en problemas por una única compra.