Investigadores de la Universidad de British Columbia aseguran que en cinco años tendremos a nuestra disposición unos nuevos implantes magnéticos que serán capaces de administrarnos, bajo la piel, la cantidad de medicina justa que necesitemos en nuestra terapia. Seguramente, el chip que nos coloque Internet en nuestro cuerpo tarde un poco, pero algo es algo.
Un dispositivo que vendrá a hacerle la vida más sencilla a aquellas personas con enfermedades crónicas, obligadas a tomar varias pastillas cada día, con el consiguiente engorro de tener que estar al tanto de horarios, días, que se acumulan y a veces nos puede producir ansiedad y preocupaciones. Será colocarse el dispositivo, y listo. Él se encargará de darnos la medicina que necesitemos en el momento justo.
Una esponja dentro de tu cuerpo
El dispositivo tendrá un tamaño de solo seis milímetros de diametro y estará hecho de silicona de esponja y partículas de carbonilo de hierro, encapsuladas en un polímero de forma redondeada. Una vez colocado el implante bajo la piel del paciente, se pasa un imán por la zona y la esponja se deforma, liberando la dosis de medicina requerida por el mismo.
Este método de introducción del medicamento bajo la piel es mucho menos peligroso e invasivo que anteriores intentonas similares, ya que, en este caso, solo se trata de pasar por encima una fuente magnética: según sea el imán que pasemos, así será la dosis que reciba el paciente. Con anterioridad, dispositivos similares requerían de una fuente de energia interior para poder disparar el contenido de la esponja.
El profesor de ingeniería mecánica de la Universidad de British Columbia Mu Chiao, ha contado a la web Digital Trends que »ya teníamos un trabajo previo en relación a la administración de fármacos a través de dispositivos magnéticos pero nos faltaba combinar los dos proyectos que, de momento, teníamos diferenciados: el dispositivo con membrana y el contenedor con el fármaco. Hasta que dimos con el material perfecto para que funcionase: la esponja».
Unas pruebas realmente satisfactorias
Durante las primeras pruebas, el dispositivo de reciente creación fue cargado con Docetaxel, un fármaco administrado habitualmente en pacientes con cáncer de próstata. Posteriormente, fue probado con éxito en animales, en los que pudieron comprobar como el campo magnético hacía perfectamente el trabajo de liberar la droga, sin que ésta perdiese efectividad en su erradicación de las células cancerosas.
Mu Chiao ha declarado que, de aquí a que por fin se comercialice el dispositivo, pueden pasar no menos de cinco años, un tiempo perfectamente asumible para miles y miles de personas que necesitan de un tratamiento crónico compuesto por multitud de fármacos, con el consiguiente riesgo de olvido, poniendo en peligro, así, su salud.
En un principio, este dispositivo será cien por cien eficaz, o así lo aseguran los científicos implicados en el proyecto, en tratamientos que puedan ser suministrados cerca de la piel, como el tratamiento hormonal a largo plazo. Si te encuentras en esta situación o tienes alguna otra enfermedad que requiera este tipo de tratamiento, puedes estar de enhorabuena: los días de planificar medicamentos podrían haber llegado a su fin.